Se estudian como los boxeadores, se provocan vía Twitter con comentarios mordaces y descripciones denigrantes. Ganaron prominencia en Manhattan, hicieron fortunas y les gusta ponerle sus nombres a cualquier cosa.
Pero allí se acaban las similitudes entre el presidente Donald Trump y Michael Bloomberg, dos magnates con visiones totalmente contrapuestas, que ahora quieren el mismo trabajo: el de Trump.
Bloomberg dice que es muchas cosas que Trump no es: Fundó una empresa de recolección de información económica y medios de prensa que emplea 20,000 personas, tiene una fortuna de US$ 60,000 millones según Forbes, es alguien que resuelve problemas con un temperamento estable, elegido tres veces alcalde de Nueva York y uno de los filántropos más grandes del mundo.
“Bloomberg es alguien que Trump le hubiera gustado ser: Haber inventado algo que usa todo el mundo, que tiene una riqueza real, que es visto como una persona creativa. Trump tuvo que inventar una imagen de sí mismo”, expresó George Arzt, quien fuera secretario de prensa del alcalde neoyorquino Ed Koch y conoce bien a ambos magnates, incluso en el plano personal.
Señaló que Bloomberg es alguien a quien le gusta resolver problemas, meterse de lleno en algo, hasta en el diseño de los camiones del Departamento de Sanidad, mientras que Trump es “básicamente un showman”. Arzt destacó que a Trump le gusta estar en el candelero, mientras que Bloomberg trató de evitarlo hasta que no pudo más, cuando se postuló a alcalde.
Trump, quien alguna vez se consideró amigo de Bloomberg, tuvo una evaluación lapidaria de su hoy rival en una reciente entrevista con CNBC: “Está gastando una fortuna. Enriqueciendo a muchos canales. Y no va a ninguna parte”.
Howard Wolfson, uno de los principales asesores de Bloomberg, respondió: “Mike contrató a Donald Trump para que manejase un campo de golf en el Bronx, pero no lo contrataría para ninguna otra actividad. Y el presidente bien lo sabe”.
Bloomberg se postuló a la nominación presidencial demócrata y está tomando un camino que nadie ensayó hasta ahora, ignorando las primeras batallas de las primarias y gastando cientos de millones de dólares en avisos en los estados del Super Martes. No acepta donaciones.
Trump se burla de Bloomberg llamándole “Mini Mike”, en alusión a su estatura (1.76 m o 5.8 pies). Bloomberg golpeó tal vez donde más le duele Trump --en su ego-- cuando un periodista le preguntó si el país quería una contienda entre dos multimillonarios de Nueva York y él respondió: “¿Quién es el otro?”.
Bloomberg dijo que si no logra la nominación, de todos modos invertiría cientos de millones de dólares para tratar de frustrar la reelección de Trump.
La gente de Trump observa con curiosidad la fortuna que está invirtiendo Bloomberg en una campaña a la que entró a último momento.
El director de la campaña del presidente, Brad Parscale, le dijo hace poco a su equipo que Bloomberg no le preocupará mientras su apoyo esté por debajo del 10% (una encuesta de Monmouth de la semana pasada dijo que es de 9%) y se mofó del dinero que está gastando, de acuerdo con dos republicanos con contactos en la Casa Blanca que pidieron no ser identificados por estar hablando de conversaciones privadas.
Otros allegados a Trump, no obstante, manifiestan cierta aprensión. Incluido el propio Trump.
El mandatario se molestó inicialmente con la postulación de Bloomberg y le ha comentado a sus colaboradores que el exalcalde estaba ganando terreno.
Desoyendo a sus asesores, Trump ha publicado varios tuits hablando de Bloomberg y se dice que está obsesionado con su fortuna.
Bloomberg está gastando un promedio de US$ 100 millones por mes y le apunta sus cañones no a los otros candidatos demócratas, sino a Trump, enfocándose en las elecciones generales, no en las primarias.
Si bien Trump no dispone del mismo dinero que Bloomberg, siguió sus pasos e invirtió US$ 10 millones en un aviso en el Super Bowl.
Bloomberg no solo es más rico, sino que tuvo fácil acceso a los altos círculos sociales de Manhattan, los cuales ven a Trump como un invento de los tabloides y un personaje de reality TV.
Los dos tuvieron relaciones amistosas durante un tiempo, aunque no una amistad estrecha. De vez en cuando coincidieron en torneos de golf y actos caritativos, y ambos fueron a una de las bodas de Rudy Giuliani, Trump como invitado, mientras que Bloomberg fue quien los casó.
Ocasionalmente se elogiaron entre sí. En un torneo de golf con fines benéficos en el 2007, Trump dijo que era “un gran privilegio presentarles a alguien que creo pasará a la historia como uno de los mejores alcaldes de Nueva York, si no el mejor”.
Bloomberg, por su parte, se presentó una vez en el programa “The Apprentice” de Trump, en el 2004. Y tres años después dijo en una ceremonia que “si hay alguien que ha cambiado esta ciudad, es Donald Trump”.