
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que no está dispuesto a reducir de forma preventiva los aranceles a China con el fin de desbloquear negociaciones comerciales más sustanciales con Pekín.
“No”, dijo Trump el miércoles cuando un periodista le preguntó si está abierto a reducir sus aranceles del 145% a las importaciones chinas para lograr que la segunda economía más grande del mundo se siente a la mesa de negociaciones.
Los comentarios del presidente se producen un día antes de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer, viajen a Suiza esta semana para reunirse con el viceprimer ministro chino, He Lifeng, para tratar temas comerciales. Trump habló en la ceremonia de toma de posesión de su embajador en China, David Perdue.
La postura de Trump subraya la enorme división entre Estados Unidos y China en materia comercial y el difícil camino que deben recorrer para llegar a un posible acuerdo sobre la reducción de los aranceles.
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Se trata de una dosis de realidad tras el anuncio el martes de las conversaciones formales entre ambas partes, que generaron optimismo sobre la posibilidad de resolver el conflicto sobre los impuestos a las importaciones antes de causar un daño económico duradero.
El presidente negó que EE.UU. hubiera iniciado las negociaciones comerciales con China y dijo que quienes afirmaban que las negociaciones se habían producido a instancias de Washington “deberían revisar de nuevo sus datos”.
El Ministerio de Comercio de China afirmó en un comunicado la semana pasada que altos funcionarios estadounidenses se habían puesto en contacto para expresar su disposición a discutir los aranceles.
“Estados Unidos envió recientemente mensajes a China a través de las partes pertinentes, con la esperanza de iniciar conversaciones con China”, dijo el ministerio.
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Trump también afirmó el miércoles que, anteriormente, Estados Unidos “perdía un billón de dólares al año” con China en comercio y que “ahora no perdemos nada”, en una aparente referencia al déficit comercial con Pekín.
Trump ha dicho en los últimos días que está dispuesto a reducir los aranceles a China en algún momento, pero también ha insistido en que los consumidores estadounidenses están dispuestos a aceptar algunos precios más altos y menos opciones para que prospere su intento de traer más puestos de trabajo industriales al país. Las encuestas muestran que la mayoría de los adultos estadounidenses desaprueban la gestión de Trump en materia de aranceles y economía.
Las próximas conversaciones marcan las primeras negociaciones comerciales confirmadas entre Estados Unidos y China desde que Trump anunciara sus aranceles punitivos.