Funcionarios rusos se reúnen esta semana con representantes de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN para negociar las demandas de Moscú de que Occidente ofrezca garantías de seguridad y abordar las preocupaciones occidentales sobre el reciente movimiento de tropas rusas cerca de Ucrania.
Los negociadores rusos y de Estados Unidos tienen previsto comenzar el lunes una ronda de conversaciones en Ginebra que se verá seguida de conversaciones entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas y una reunión en Viena de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa durante la semana.
A continuación, un vistazo a los temas en la agenda y las principales discrepancias:
Temor a una invasión rusa
La movilización de tropas y equipamiento ruso en la frontera cerca de Ucrania ha despertado preocupaciones en Kiev y Occidente de que Moscú prepare una invasión.
Moscú ha negado tener esa intención, y acusa a su vez a las autoridades ucranianas de planear una ofensiva para recuperar territorios en el este de Ucrania controlados por separatistas con apoyo ruso, unas acusaciones que Ucrania rechaza.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abordó en dos ocasiones el mes pasado la movilización de tropas rusas con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y advirtió que Moscú enfrentaría “graves consecuencias”, como sanciones económicas y financieras sin precedentes, si atacaba a su vecino.
Rusia se anexionó la Península ucraniana de Crimea en el 2014 y ha respaldado la rebelión separatista que comenzó ese año en el este del país, donde más de 14,000 personas han muerto en siete años de combates. Occidente ha respondido con sanciones que han golpeado la economía rusa pero no han persuadido a Moscú de que cambie de rumbo.
Las demandas rusas de seguridad
Putin ha descrito la posibilidad de que Ucrania se sume a la OTAN y la alianza despliegue armas en el país como una “línea roja” para Moscú. El Kremlin ha exigido que Washington y sus aliados se comprometan a excluir a Ucrania, Georgia y cualquier otra nación exsoviética de las expansiones de la OTAN.
Moscú también ha reclamado que Estados Unidos y sus aliados se comprometan a no desplegar armas ni realizar actividades militares en Ucrania y otras naciones exsoviéticas.
El Kremlin ha presentado un borrador de tratado de seguridad entre Moscú y Washington y un principio de acuerdo de Rusia con la OTAN como punto de partida para las negociaciones de esta semana. Los documentos obligarían a la alianza a no destinar tropas a zonas donde no estuvieran presentes en 1997, antes de que la OTAN incorporase a países del antiguo bloque soviético y repúblicas exsoviéticas.
Las propuestas de Moscú también incluyen congelar las patrullas de bombarderos y buques militares rusos cerca de las fronteras estadounidenses, y viceversa. Además, piden esfuerzos para reducir el riesgo de incidentes entre aeronaves y barcos rusos y de la OTAN, especialmente en los mares Báltico y Negro, una reducción de la escala de maniobras militares, más transparencia y otras medidas para aumentar la confianza.
Reacción de Estados Unidos y la OTAN
Estados Unidos y sus aliados han rechazado de plano la petición de que la OTAN no admita a Ucrania ni a ningún otro miembro nuevo y recalcan que un principio básico de la alianza es que la membresía está abierta a cualquier país que cumpla los requisitos, y que ningún país externo tiene poder de veto.
Aunque Ucrania y Georgia aún no están listas para unirse a la OTAN y tienen pocas posibilidades de ser invitadas pronto, los aliados occidentales insisten en que las puertas de la alianza deben seguir abiertas para ellos. La OTAN prometió en el 2008 que aceptaría en algún momento a los dos países, aunque no ha ofrecido un plan concreto para su incorporación.
Aunque los aliados rechazaron con firmeza congelar la expansión de la OTAN, Washington y la OTAN dijeron estar dispuestos a hablar de control armamentístico, medidas para aumentar la confianza, más transparencia y reducción de riesgos si Rusia adopta una actitud constructiva.
Funcionarios estadounidenses dijeron estar abiertos a conversaciones sobre restringir posibles despliegues futuros de misiles ofensivos en Ucrania y a limitar los ejercicios militares estadounidenses y de la OTAN en Europa Oriental si Rusia está dispuesta a dar marcha atrás en Ucrania.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca instó a Rusia a ayudar a crear un entorno positivo para las conversaciones retirando a sus tropas de zonas cercanas a Ucrania. Moscú ha rechazado esa propuesta y afirmado que puede desplegar sus fuerzas si lo considera necesario en su propio territorio. También ha descrito la movilización como una respuesta a movimientos “hostiles” de la OTAN.
Límites temporales
Putin ha descrito las negociaciones con Estados Unidos como algo “positivo”, aunque ha dicho que quiere resultados rápidos y advirtió a Occidente que no intentara enterrar las demandas rusas con “charla intrascendente”.
Cuando se le preguntó en una conferencia de prensa el mes pasado si podía garantizar que Rusia no invadiría Ucrania, Putin respondió enojado y dijo que Occidente “debe darnos garantías y darlas de inmediato, ahora”.
El viceministro ruso de Exteriores, Sergei Ryabkov, que lidera la delegación rusa en las conversaciones de seguridad, describió como “absolutamente esencial” esa exigencia de garantías de que la OTAN no se expandirá a Ucrania y otros países exsoviéticos y advirtió que si Estados Unidos se niega a abordarla, haría inútil continuar con las conversaciones.
“Vamos allí no con una mano tendida, sino con una tarea formulada con precisión que debemos resolver bajo condiciones que hemos establecido”, dijo Ryabkov. Rusia no hará concesiones bajo amenazas y presiones, advirtió, y las conversaciones podrían terminar tras la primera ronda si Estados Unidos y sus aliados no cooperan.
Las exigentes demandas del Kremlin, combinadas con una urgencia de obtener resultados rápidos, han avivado las sospechas de Estados Unidos de que Moscú podría hacer peticiones poco realistas sólo para que las conversaciones fracasen y luego utilizarlo como pretexto para tomar medidas agresivas. Diplomáticos rusos han rechazado esa acusación.
Opciones técnico-militares
Aunque Moscú ha negado tener planes de atacar Ucrania, Putin ha advertido que podría verse obligado a tomar “medidas técnico-militares” no especificadas si Occidente se niega a cumplir sus demandas de seguridad.
No entró en detalles, más allá de decir que la respuesta rusa en ese caso “podría ser diversa” y “dependerá de qué propuestas me entreguen nuestros expertos militares”.
El asesor de política exterior del Kremlin Yuri Ushakov dijo que Putin había dicho a Biden que Rusia actuaría igual que lo habría hecho Estados Unidos si hubiera visto armas ofensivas desplegadas junto a su frontera.
Putin ha señalado que el nuevo misil hipersónico de crucero Zircon podría dar un potencial de ataque con una precisión sin precedentes si se equipa en buques de guerra desplegados en aguas neutrales. El lanzamiento de una salva de misiles Zircon a finales de diciembre completó las pruebas de la nueva arma, que según Putin vuela a nueve veces la velocidad del sonido y tiene un alcance de más de 620 millas (1,000 kilómetros) de distancia.
Aunque expresó su preocupación de que la OTAN pudiera utilizar territorio ucraniano para desplegar misiles capaces de alcanzar Moscú en apenas cinco minutos, Putin señaló que el Zircon daría una capacidad similar a Rusia.
“También tardaría apenas cinco minutos en llegar a aquellos que dieron las órdenes”, manifestó Putin.