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Dos funcionarios de la Reserva Federal dijeron que el banco central podría tener que subir aún más las tasas de interés para controlar las presiones sobre los precios, que en algunos sectores no muestran señales de ceder.
El Gobernador de la Reserva Federal Christopher Waller declaró el viernes que la inflación general se ha “reducido a la mitad” desde que alcanzó su punto máximo el año pasado, pero que los precios, excluidos los alimentos y la energía, apenas han variado en los últimos ocho o nueve meses.
“Para mí, eso es lo preocupante”, dijo Waller durante una sesión de preguntas y respuestas tras un discurso en Oslo, Noruega. “Estamos viendo que las tasas de política monetaria tienen algunos efectos en partes de la economía. El mercado laboral sigue fuerte, pero la inflación subyacente no se mueve, y eso va a requerir probablemente un mayor endurecimiento para intentar que baje”.
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En un evento separado el viernes, el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, dijo que la inflación seguía siendo “demasiado alta” y era “obstinadamente persistente”.
“Quiero reiterar que la inflación del 2% es nuestro objetivo, y que todavía estoy tratando de convencerme de la historia plausible de que la desaceleración de la demanda devuelve la inflación relativamente rápido a ese objetivo”, dijo Barkin en comentarios preparados para un discurso en Ocean City, Maryland. “Si los próximos datos no apoyan esa historia, estoy cómodo haciendo más”.
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El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal hizo una pausa el miércoles en su serie de aumentos de tasas de interés, pero los responsables políticos prevén que las tasas suban más de lo esperado en respuesta a la sorprendente persistencia de las presiones sobre los precios y la fortaleza del mercado laboral.
El índice de precios al consumidor publicado esta semana mostró que la inflación general se desaceleró, pero el índice subyacente, que excluye alimentos y energía, siguió subiendo a un ritmo preocupante para los funcionarios de la Fed. Los empleadores siguieron agregando puestos de trabajo a un ritmo acelerado en mayo, y las ofertas de empleo aumentaron en abril, según datos recientes.
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Barkin advirtió que relajar la política prematuramente sería un error costoso.
“Reconozco que crea el riesgo de una desaceleración más significativa, pero la experiencia de los años 70 nos da una lección clara: si se detiene la inflación demasiado pronto, la inflación vuelve con más fuerza, lo que obliga a la Reserva Federal a hacer aún más, con un daño aún mayor”, dijo. “Ese no es un riesgo que quiera correr”.
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