El año pasado, las empresas se rompieron la cabeza para seguir funcionando mientras sus empleados trabajaban desde sus casas debido al COVID-19. Ahora se rompen la cabeza para ver como los hacen volver a la oficina.
En los sitios donde el virus está bajo control, las compañías se mueven con mucha cautela, temerosas de las repercusiones que pueda tener la orden de regresar a la oficina.
En Estados Unidos, uno de los países que más éxito está teniendo en la lucha contra la pandemia, ciertas empresas que decidieron volver a las oficinas tropezaron con dura resistencia. En algunas los empleados plantearon exigencias y en otras organizaron medidas de protesta.
Firmas con mucha demanda de empleados, como las tecnológicas o el sector de atención al cliente, pueden darse el lujo ofrecer empleos que permiten trabajar desde la casa, una propuesta tentadora para quienes se mudaron durante la pandemia para estar más cerca de familiares o en busca de ciudades más baratas.
“Mucha gente se fue a otros sitios y no quiere volver”, expresó Chris Riccobono, CEO de Untuckit LLC, una empresa de ropa informal para hombres.
Riccobono dijo que no ve la hora de que sus 100 empleados o administrativos regresen a la oficina del barrio Soho de Manhattan porque cree que ello levanta la productividad y la moral. A partir de septiembre, la empresa exigirá a sus empleados que se presenten a la oficina los lunes, miércoles y jueves. Confía en que dos días de trabajo en casa a la semana los satisfaga.
Otras firmas planean retornos a la oficina escalonados. Amazon, Ford y General Motors prometieron implantar un sistema “híbrido” permanente entre sus empleados administrativos, en respuesta a estudios internos y públicos que indican que la gente prefiere trabajar desde la casa.
La fórmula híbrida, no obstante, puede conllevar muchos dolores de cabeza, desde identificar quiénes pueden rendir mejor trabajando desde la casa hasta decidir qué días de la semana hay que presentarse a la oficina. A veces hay que recibir clientes y también hay que ayudar a empleados jóvenes, o nuevos en la firma, que necesitan tiempo para adaptarse.
“Los jueves son los lunes de antes”, según Salesforce, una firma tecnológica de San Francisco que concluyó que los jueves son el día preferido de los empleados para presentarse a la oficina cuando la empresa reabrió su oficina en Sídney en agosto pasado.
Riccobono, por su parte, insiste en que los empleados vayan a la oficina los lunes para organizarse y preparar el trabajo de la semana. Admite, no obstante, que “hay que ver cómo funciona esto”. “En enero reconsideraremos todo”.
En Estados Unidos, las oficinas de las diez principales ciudades tuvieron una ocupación promedio del 32% a fines de junio, según estimados de Kastle Systems, una empresa del área de seguridad que está pendiente del uso de tarjetas para ingresar a unos 2,600 edificios.
En Manhattan, solo el 12% de los empleados habían vuelto a las oficinas hacia fines de mayo, de acuerdo con un estudio de Partnership for New York City, una firma sin fines de lucro de líderes empresariales.
Romina Rugova, ejecutiva de Mansur Gavriel, una compañía de ropa, disfrutaba sentada en un banco junto a un río en el Bajo Manhattan, después de visitar la oficina para la presentación del nuevo director de ventas por el internet.
Tiene dos hijos y no le convencía mucho la idea de regresar a la oficina. Pero dijo que se sintió muy contenta al volver a ver a sus compañeros y que tampoco la gusta demasiado mezclar el trabajo con la rutina de la casa.
“Tienes que ser tres personas al mismo tiempo. Una profesional, la cocinera y la encargada de la limpieza”, comentó Rugova. “Ir a la oficina de vez en cuando es lindo y refrescante. Es una experiencia totalmente distinta, de la que una no está consciente”.
Pero no quiere renunciar del todo a las tres horas que se ahorra al no tener que ir a la oficina. Muchos de sus colegas piensan igual, por lo que Mansur Gavriel considera implementar una política flexible cuando la mayoría de sus 40 empleados regresen a la oficina.
En Estados Unidos, se calcula que durante el verano boreal la gente empezará a regresar a las oficinas, pero que en septiembre el 40% de los empleados que estaban trabajando desde sus casa seguirán haciéndolo, según el estudio de Partnership for New York City’s.
El Departamento del Trabajo de Estados Unidos calculó que en junio solo el 15% de los trabajadores podían trabajar desde casa. Para el grueso de la fuerza laboral esa no es una opción. Se desempeña en restaurantes, escuelas, hospitales, fábricas y otros rubros que exigen que se presenten en persona.
Así como hay firmas dispuestas a mostrar flexibilidad, otras son renuentes a seguir permitiendo que la gente trabaje desde su casa.
“Si la gente puede ir a un restaurante en Nueva York, puede ir a la oficina”, sostuvo el CEO de Morgan Stanley James Gorman en una reciente conferencia.
Agregó que tampoco le convence la idea de que la gente trabaje desde cualquier punto del país. Si alguien quiere ganar un sueldo de Nueva York, afirmó, debe vivir en Nueva York. Los CEO de JPMorgan Chase y Goldman Sachs han hecho comentarios similares, desatando fuertes debates.
Al mismo tiempo, en medio de la recuperación económica y en momentos en que a muchos sectores les cuesta conseguir empleados, las empresas pueden no tener más remedio que mostrar flexibilidad, porque de lo contrario los potenciales empleados optarán por otras que sí la tienen.