La decisión de Fitch Ratings de rebajar la calificación crediticia del Gobierno de Estados Unidos ha vuelto a centrar la atención en la trayectoria de la deuda, justo cuando la economía más grande del mundo se está sacudiendo las previsiones de una recesión inminente.
La semana pasada, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que el banco central ya no espera que haya una recesión en Estados Unidos, incluso después de los aumentos de tasas de interés más agresivos en décadas.
Por su parte, los economistas de Bank of America Corp también desecharon su pronóstico de recesión. Y sigue llegando evidencia de fortaleza perdurable entre los consumidores y las empresas: los datos publicados el miércoles mostraron que las empresas estadounidenses agregaron en julio más puestos de trabajo de lo esperado.
Todo eso denota un marcado contraste con 2011, cuando S&P Global Ratings despojó a Estados Unidos de su calificación AAA. En ese entonces, la economía estaba saliendo de la crisis financiera global y el desempleo rondaba el 9%. Ahora está en 3.6%, cerca del nivel más bajo en décadas.
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La decisión de Fitch de rebajar la calificación de Estados Unidos de AAA a AA+ destaca la gran cantidad de deuda que Estados Unidos ha acumulado en los últimos años, en gran parte debido al estímulo pandémico y a los recortes de impuestos. Más recientemente, el Gobierno también ha lanzado programas de inversión en infraestructura, tecnología y energía limpia. Mientras tanto, el costo de los préstamos se ha disparado a medida que la Reserva Federal elevó las tasas de interés a un máximo de 22 años.
Fitch pronostica que la deuda de Estados Unidos alcanzará el 118% del producto bruto interno para 2025, unas tres veces más que la mediana del 39% entre los países que recibieron la calificación máxima AAA. Proyecta que la proporción aumentará aún más en el largo plazo. Eso podría generar decisiones difíciles para futuros Gobiernos, dicen los analistas.
“En última instancia, si no se contiene el déficit, los impuestos aumentarán hasta el punto de que el motor de Estados Unidos —el consumidor— tendrá un ingreso discrecional considerablemente menor”, dijo Quincy Krosby, estratega jefe global de LPL Financial.
Rebaja ‘arbitraria’
El déficit presupuestario de Estados Unidos aumentó a niveles récord cuando el Gobierno gastó intensamente para apoyar a los hogares y las empresas durante el cierre de la economía causado por la pandemia de Covid. El año pasado había disminuido, pero ahora se está ampliando de nuevo.
El déficit federal alcanzó los US$ 1.4 billones durante los primeros nueve meses del año fiscal en curso, casi el triple que la cifra del año anterior. El Tesoro elevó esta semana su pronóstico de endeudamiento para el trimestre actual a US$ 1 billón, muy por encima de los US$ 733,000 millones que había pronosticado en mayo.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, calificó la rebaja como “arbitraria” y “obsoleta”. Yellen ha argumentado que, en lugar de mirar la relación deuda-PBI, una mejor medida de la sostenibilidad son los pagos de intereses ajustados a la inflación como parte de la economía, y esa métrica no ha encendido luces de advertencia.
Si bien la perspectiva inmediata de Estados Unidos puede estar mejorando, los analistas de calificaciones de Fitch están analizando el debate sobre la recesión. James McCormack, jefe global de calificaciones soberanas y supranacionales de Fitch Ratings, dijo en una respuesta enviada por correo electrónico que la rebaja se basó en la perspectiva fiscal a mediano plazo, “que se caracteriza por un aumento de los déficits y la deuda pública”, en lugar de las predicciones de una potencial recesión.
Agregó que Fitch “no confía en que se acuerden e implementen medidas de política para abordar el deterioro fiscal”.
Muchos participantes del mercado comparten esa opinión. Los estrategas UBS Group AG dicen que las condiciones subyacentes que llevaron a la decisión de Fitch son peores que las que existían cuando S&P realizó un movimiento similar hace más de una década.
“La rebaja de 2011 se debió principalmente a la postura sobre el límite de deuda”, escribieron el martes en una nota estrategas liderados por Michael Cloherty. “Esta rebaja fue causada tanto por los riesgos asociados al límite de deuda como por déficits presupuestarios muy grandes”.
La decisión de Fitch Ratings de rebajar la calificación crediticia del Gobierno de Estados Unidos ha vuelto a centrar la atención en la trayectoria de la deuda, justo cuando la economía más grande del mundo se está sacudiendo las previsiones de una recesión inminente.
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