La promesa del presidente Joe Biden de reducir las disparidades de ingresos y riqueza en Estados Unidos ha sufrido un gran revés con el colapso de su proyecto de ley de gasto social.
Al comienzo de la pandemia, los legisladores estadounidenses evitaron un aumento espectacular de la desigualdad con una respuesta fiscal total. La legislación de Biden tenía como objetivo extender ese logro con la implementación de un programa de aproximadamente US$ 2 billones en inversiones centradas en el cuidado infantil, la atención médica y la educación temprana, brindando beneficios a los estadounidenses de bajos ingresos, financiados, en parte, por aumentos de impuestos a los más ricos.
Pero el proyecto de ley denominado “Build Back Better” ahora está efectivamente congelado después de que el senador demócrata Joe Manchin, de Virginia Occidental, cuyo voto es esencial para la aprobación del proyecto de ley, dijera que no lo apoyaría.
La derrota para la Casa Blanca se produce cuando la propagación de la variante ómicron del COVID-19 pesa sobre la economía y la Reserva Federal gira hacia el aumento de las tasas de interés para contener la inflación. También amenaza con convertirse en un doble golpe para una economía que aún se encuentra en medio de una pandemia que golpea con más fuerza a los empleos de bajos salarios.
Reducir el monto destinado a la agenda de Biden presenta el riesgo de ampliar las brechas que el presidente y sus demócratas prometieron abordar, según Shawn Fremstad, investigador principal de políticas en el Centro de Investigación Económica y Política en Washington.
Crédito tributario por hijos
Una parte clave del programa Biden es ampliar un crédito fiscal para familias con niños que ha proporcionado US$ 93,000 millones a hogares estadounidenses este año, y ayudó a muchos estadounidenses, en particular a madres trabajadoras y personas de bajos ingresos, a regresar al mercado laboral. El Departamento del Tesoro emitió la última ronda de cheques el 15 de diciembre y la renovación del programa estaba incluida en el plan de Biden.
Manchin ha dicho que un mayor gasto público podría empeorar el brote de inflación pandémica que está afectando los presupuestos familiares. Pero la falta de extensión de la política podría evitar que millones de niños salgan de la pobreza y afectar la economía de manera más amplia, según Brett Ryan, economista senior estadounidense de Deutsche Bank Securities en Nueva York.
La expansión del crédito tributario por hijos reduciría la pobreza infantil en aproximadamente un 40%, lo que ayudaría de manera desproporcionada a los hogares negros y latinos, según estimados por el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas.
Los funcionarios han enfatizado que las tasas más bajas de educación en la primera infancia hacen retroceder a los estadounidenses y la falta de cuidado infantil asequible y atención médica domiciliaria les impide ingresar al mercado laboral o tomar trabajos de mayor calificación.
El proyecto de ley de Biden, que propone educación preescolar gratuita y universal, así como un mayor acceso a la atención médica, abordaría estos problemas en los que Estados Unidos se está quedando detrás de la curva, según Cecilia Rouse, quien preside el Consejo de Asesores Económicos de Biden.