La Reserva Federal necesita acelerar su cronograma para endurecer la política monetaria porque el aumento de los precios no muestra signos de flexibilización en el corto plazo, indicó Jeremy Siegel, profesor de finanzas en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania.
Siegel, quien el año pasado predijo un aumento en los precios al consumidor cuando pocos lo hacían, espera una inflación acumulada de entre un 20% y 25% en los próximos dos o tres años en EE.UU. antes de que esta desaparezca.
“No se ha terminado”, dijo este jueves en una entrevista con Bloomberg Television. “Podría empeorar a menos que la Fed controle el crecimiento de oferta monetaria”.
En junio del año pasado, Siegel era minoría cuando predijo que el auge impulsado por estímulos en el gasto del consumidor impulsaría el crecimiento económico en 2021, y que “por primera vez en más de dos décadas, veríamos inflación”.
Hasta ahora ha demostrado tener razón. En octubre, los precios al consumidor subieron 6.2% respecto al año anterior, el mayor aumento anual desde 1990, según las cifras del Gobierno publicadas la semana pasada. En un contexto de sólida demanda, las empresas han estado cobrando más por bienes y servicios para ayudar a compensar los crecientes costos causados por los cuellos de botella de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra.
El aumento generalizado de los precios sugiere que la inflación será más duradera de lo que se pensaba, lo que ejerce presión sobre los funcionarios de la Reserva Federal para que aumenten las tasas de interés antes de lo esperado y, potencialmente, aceleren el ritmo de la reducción gradual de la compra de bonos anunciada este mes.
“No creo que los mercados estén preparados para lo rápido que considero que tiene que ir la Fed”, dijo. “Se creó tanto dinero durante la pandemia para amortiguar los efectos económicos, pero eso no se retiró y eso es lo que está fluyendo”.
La única solución para la Fed es subir las tasas, indicó Siegel.
La alta inflación también amenaza con descarrilar la agenda del presidente Joe Biden, en tanto que la Casa Blanca y los demócratas buscan aprobar un plan de gastos de US$1.75 billones y defender a las minúsculas mayorías del Congreso en las elecciones intermedias del próximo año.
A pesar de que la confianza del consumidor ha disminuído ante el aumento de los temores de inflación, el gasto hasta ahora se ha mantenido firme, ya que los fuertes ahorros acumulados durante la pandemia y el sólido crecimiento de los salarios impulsan el consumo.
Siegel atribuye la mayor parte del aumento de los precios a un aumento de la demanda provocado por un estímulo posterior a la pandemia.