El plan del presidente Joe Biden de una gran ampliación de los programas sociales es “demasiado grande” para fracasar, según sus partidarios. Pero podría ser demasiado grande también para describir.
Es una de las dificultades que enfrenta la Casa Blanca para convencer a la opinión de las bondades de una amplia gama de iniciativas empaquetadas bajo la consiga imprecisa de “Reconstruir Mejor”.
Una serie de crisis, desde Afganistán hasta el COVID-19, junto con el laberíntico proceso legislativo, le han impedido a la Casa Blanca promover el paquete de 3.5 billones de dólares o siquiera decir qué contiene. La cifra sin duda va a disminuir y posiblemente algunos de los componentes sufran cambios.
El paquete, objeto de negociaciones en el Capitolio, podría transformar de manera fundamental la relación del gobierno con sus ciudadanos y ampliaría drásticamente la red de seguridad.
Busca ampliar programas conocidos: por ejemplo, agregaría la atención odontológica y oftalmológica y otros beneficios al Medicare y prolongaría los subsidios de la ley de salud de Obama que permitieron a la gente comprar seguro durante la pandemia.
Pero aumenta el temor de los legisladores demócratas en las negociaciones, y algunos culpan en parte a Biden. Él pensaba dedicar las semanas recientes a explicar su proyecto de ley, pero se lo impidieron el tumulto en Afganistán y la ola de casos de coronavirus.
Algunos demócratas temen que la consigna del presidente no atrae a la gente que quiere saber cómo los beneficiará.
“Es un caso donde las partes son más que la suma: es muy importante que la gente sepa cuáles son las partes, son muy populares y tendrían un efecto muy positivo sobre sus vidas”, dijo David Axelrod, exasesor del presidente Barack Obama. “Pero se ha convertido en una batalla sobre el precio total. Ése es el campo de batalla al que los republicanos quieren arrastrar a los demócratas”.
Las encuestas indican que elementos del proyecto como las guarderías y la infraestructura son atractivos para grandes sectores de la población. El problema, según los promotores, es que la gente no sabe que el plan los contiene.