Con la fuerte demanda y la escasez de suministros impulsando la inflación de forma más generalizada en la economía, la Reserva Federal (Fed) podría tener un tiempo acotado antes de subir las tasas de interés como respuesta, sugirió el viernes una funcionaria del banco central estadounidense.
“A medida que las cadenas de suministro mejoren y la demanda ceda, hay razones para esperar que la inflación acabe por moderarse, pero también está claro que el riesgo de un periodo prolongado de inflación elevada ha aumentado”, dijo la presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, en una conferencia sobre energía.
“El argumento a favor de la paciencia frente a estas presiones inflacionistas ha disminuido”, explicó.
La Fed dio esta semana un primer paso hacia una política monetaria más normal, reduciendo sus compras mensuales de activos a un ritmo que debería eliminarlas por completo a mediados del 2022.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que el inicio de la reducción de las compras de bonos no debe tomarse como una señal directa de lo pronto que la Fed subirá las tasas.
George, cuya tendencia es tradicionalmente conservadora en política monetaria, no dijo directamente cuándo sería partidaria de un alza de tasas, pero sus comentarios sugieren que se inclina por no esperar demasiado para no arriesgarse a que la inflación se descontrole.
La mayoría de las veces, los responsables de la política monetaria de la Fed no tienen que elegir entre alcanzar los objetivos de estabilidad de precios y de empleo, indicó.
“Sin embargo, hay momentos en los que los objetivos pueden parecer estar en conflicto”, dijo George. “Y ahora podría ser uno de esos momentos, con una inflación muy por encima de su media a largo plazo y unos mercados laborales que parecen tener más margen de recuperación”.