Entre las opciones de anticipar que la Reserva Federal aumentará la tasa de interés en 50 puntos básicos la próxima semana o que reducirá la magnitud del ajuste a un alza de tasas de 25 puntos básicos, los operadores se han decidido sólidamente por la segunda, guiados tanto por los comentarios de los banqueros de la Fed como por los informes de los medios.
Algunos indicadores económicos y de mercado respaldan tal acción política, pero está lejos de ser algo uniforme. De hecho, mi análisis más amplio de las condiciones económicas y financieras favorecería la opción de que la Fed suba las tasas en 50 puntos, también debido a la gestión de riesgos, la credibilidad y la persistente desalineación entre los precios del mercado y la orientación política a futuro del banco central para 2023.
A través de los detalles de la reunión de política monetaria de diciembre de la Fed y numerosos discursos desde entonces, los encargados de formular la política monetaria han guiado a los mercados a que esperen que el banco central aumente las tasas en 25 puntos básicos, establezca una tasa máxima de poco más del 5% para este ciclo de alzas y la mantenga en ese nivel por el resto de 2023.
LEA TAMBIÉN: Bonos de Pemex caen después de que nuevo plan de emisión genere pánico en Wall Street
A pesar de lo que ha sido un mensaje inusualmente uniforme y consistente de los banqueros de la Fed, los mercados continúan negándose a descontar completamente esta guía sobre la política monetaria. En cambio, los operadores esperan que la Fed recorte las tasas en la segunda mitad del año y respaldan dicha creencia con sus apuestas.
Esto deja a la Fed con tres prioridades para la reunión de política monetaria de la próxima semana: convencer a los mercados de su perspectiva política para el año; implementar una acción de política monetaria consistente con esto; y, por lo tanto, reparar parcialmente su credibilidad, que se vio dañada por su grave caracterización errónea de la inflación durante casi todo 2021 y luego por una respuesta inicial de la política monetaria demasiado modesta.
La Fed parece creer que un alza de 25 puntos básicos es coherente con este objetivo, frente al incremento de 50 puntos de diciembre y, antes de eso, cuatro aumentos récord consecutivos de 75 puntos. El argumento a favor de tal cambio hacia una reducción de las alzas va más allá de la expectativa de que una tasa de inflación ya decreciente continúe cayendo en los próximos meses.
También parece coherente con el nivel significativo de fluidez económica tanto a nivel nacional e internacional y, como lo explicó el presidente de la Fed, Jerome Powell, con la noción de caminar lentamente en una habitación oscura para percibir mejor el camino. Esta consideración cobra mayor importancia en el contexto de los indicadores prospectivos que sugieren una probabilidad aún alta de recesión, incluidos segmentos profundamente revertidos de la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro de EE. UU.
LEA TAMBIÉN: Así fue el error humano que desató gran caos en bolsa de Nueva York
Sin embargo, estos argumentos no están exentos de contrapartidas notables. Para empezar, considere los siguientes cuatro:
- Si bien la inflación seguirá bajando en el futuro inmediato, sus principales impulsores se han desplazado hacia el sector de los servicios, lo que aumenta el riesgo de presiones de precios más arraigadas debido a que el mercado laboral se mantiene sólido.
- Dado que el crecimiento global sigue sorprendiendo al alza, la ventana para realizar aumentos de tasas más ordenados se ha ampliado.
- Las condiciones financieras se han relajado significativamente en los últimos meses y, según algunas medidas, están alrededor de los niveles que prevalecieron en marzo pasado, cuando la Fed inició este ciclo de alzas.
- Alcanzar más rápidamente la tasa máxima, que ya ha sido señalada y reiterada por los banqueros de la Fed, reduce las complejidades de vincular el camino a un destino variable.
LEA TAMBIÉN: Fitch Ratings: algunos inversionistas salen de sectores eléctrico y gas
También existen sólidos argumentos de gestión de riesgos a favor de otro aumento de 50 puntos antes de reducir el ritmo a alzas de 25 puntos básicos.
Tal acción política reduce el riesgo de tener que aumentar las tasas a finales de este año, cuando la economía mundial se haya debilitado. Puede ayudar a revertir parte del daño a las credenciales de lucha contra la inflación de la Fed, comenzando con una mejor alineación entre la guía sobre la política monetaria del banco central y la fijación de precios del mercado. Además, en un mundo intrínsecamente fluido en el que la probabilidad de otro error de política monetaria es incómodamente alta, permite una recuperación más fácil en caso de tal error.
Si bien es cierto que la Fed camina por una habitación oscura, también es cierto que el tiempo es esencial y la Fed no tiene tanto como desea. De hecho, después de haberse atrasado dos veces (en la comprensión del fenómeno inflacionario actual y en la respuesta a él), otra mala gestión del tiempo sería perjudicial no solo para la credibilidad del banco central y la futura eficacia de la política monetaria, sino también, lo que es más importante, para el bienestar de la economía nacional y las economías globales.