Imágenes de combatientes talibanes desfilando en carros blindados estadounidenses, blandiendo armas enviadas por Washington o trepados a helicópteros Black Hawk abochornan a la Casa Blanca.
Los insurgentes, que controlaron fácilmente Afganistán en una fulminante campaña, se hicieron de grandes cantidades de armamento, equipos y municiones de las fuerzas armadas afganas, la mayoría enviadas por Washington en los últimos 20 años.
Las redes sociales mostraron a combatientes talibanes portando rifles de asalto M4 y M18 y fusiles de francotirador M24 o conduciendo los emblemáticos Humvees estadounidenses. Un video los muestra con uniformes del estilo de los de las fuerzas especiales estadounidenses.
Las imágenes son implícitamente un ataque político al presidente Joe Biden por haber manejado supuestamente mal el retiro de las tropas estadounidenses tras 20 años de guerra.
La mayor parte del material ha sido incautada a las fuerzas afganas que, pese a dos décadas de entrenamiento y decenas de miles de millones de dólares de Estados Unidos, entregaron Kabul sin dar combate.
“Obviamente no tenemos una imagen completa sobre a dónde fue a parar cada material de defensa. Pero ciertamente, una gran cantidad cayó en manos de los talibanes”, reconoció el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca Jake Sullivan.
“Naturalmente, no tenemos la sensación de que nos lo vayan a entregar fácilmente”, declaró.
“Retirada chapucera”
La oposición republicana aprovechó para lanzarse contra Biden.
“Gracias a la retirada chapucera de Biden, el Talibán está hoy mejor equipado que nunca”, dijo Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional del Partido Republicano.
Según datos oficiales, el Pentágono suministró al ejército afgano más de 7,000 ametralladoras, 4,700 Humvees y 20,000 granadas en los últimos años.
Los afganos también recibieron de Washington artillería y drones de reconocimiento así como más de 200 aeronaves de alas fijas y helicópteros.
Que esos aparatos sigan operativos dependen en gran medida de repuestos y apoyo técnico.
Según fotos publicadas el miércoles por la empresa de inteligencia Janes, unas 40 aeronaves militares afganas volaron a Uzbekistán la semana pasada para escapar del avance talibán.
Entre esos aparatos se cuentan cinco helicópteros estadounidenses UH-60 Black Hawk, otros 16 helicópteros rusos y 10 aviones cazas A-29 Super Tucano.
En sus 16 meses de retirada, el Pentágono sacó de Afganistán grandes cantidades de su equipamiento y dejó una parte al ejército afgano.
Pero lo suministrado a las fuerzas afganas está ahora en poder de los talibanes y eso genera preocupación. El portavoz del Pentágono, John Kirby, señaló que ese tema está siendo examinado.
Amenaza limitada
“Obviamente, no queremos ver nuestro equipo en las manos quienes actuarían en contra de nuestros intereses o los intereses del pueblo afgano”, afirmó Kirby.
“Hay numerosas opciones de decisiones que se pueden tomar, incluyendo la destrucción” del material, manifestó, sin dar detalles.
El armamento y vehículos capturados por los talibanes solo aumenta limitadamente el poderío de los talibanes, según expertos.
“Las armas más peligrosas que capturaron los talibanes son los obuses D-30 y activos de la fuerza aérea afgana”, dijo Jonathan Schroden, un estadounidense experto en defensa y seguridad.
“Naturalmente, no tenemos la sensación de que nos lo vayan a entregar fácilmente”, agregó.
“No está claro que tengan la capacidad de usar todas las plataformas aéreas con que se quedaron, pero sí demostraron capacidad para usar esos obuses”, comentó. En el mejor de los casos, esos materiales convierten a los talibanes en una amenaza directa para vecinos mejor armados.
Por otro lado, la enorme cantidad de armas pequeñas y municiones que heredaron, dijo Schroden, podrían “posiblemente llegar a muchas partes del mundo y a otros grupos terroristas”.
“Probablemente lo mejor que puede hacer Estados Unidos ahora es trabajar con los vecinos de Afganistán para intentar prohibir el transporte de cualquiera de estos equipos a través de las fronteras del país”, indicó.