Las disparidades raciales se profundizaron durante la pandemia en el continente americano y han afectado especialmente a los afrodescendientes, más expuestos a contagiarse o fallecer por la COVID-19, advirtió este martes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El organismo interamericano explicó en un informe, que coincide con el Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, que a partir de este año se celebra cada 31 de agosto, que no es el mero hecho de ser afrodescendiente lo que hace que tengan más riesgo de infectarse de COVID-19, sino la discriminación estructural y sistemática que han afrontado históricamente.
En el documento, titulado “Derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas afrodescendientes”, la CIDH describe las condiciones de vida de esa población, que se concentra “en las áreas residenciales más pobres y con mayor déficit de vivienda, con medios de transporte inadecuados y sufre mayor exposición al crimen y a la violencia”.
Además, desempeñan mayoritariamente empleos considerados esenciales, que no pueden realizar desde sus casas y en los que carecen de prestaciones sociales, lo que las hace “más expuestas al contagio del virus debido al contacto frecuente con el público general”.
Dichas condiciones perpetúan “el ciclo de discriminación e invisibilidad” de los afrodescendientes y contribuyen a que estén más afectados por la COVID-19.
La CIDH cita como ejemplo dos de los países más afectados por la pandemia, EE.UU. y Brasil.
En el caso brasileño, la CIDH ha observado “el impacto desproporcionado” del virus en los afrodescendientes y afirma que hay un número “elevado” de casos en las zonas donde se asientan, como las favelas y las comunidades quilombolas, con una situación de pobreza y pobreza extrema.
En EE.UU., el país más afectado del mundo por la pandemia, la CIDH apunta que, si bien el virus se ha propagado por toda la población, son los afroamericanos quienes tienen “más del doble de probabilidades de morir” que cualquier otro grupo.
En ese país, los afrodescendientes murieron a causa del virus en una proporción de 50.3 por cada 100,000 personas, en comparación con los blancos (20.7 por cada 100,000), los latinos (22.9) y los individuos de origen asiático (22.7), indica el documento.
En EE.UU. los afroamericanos constituyen el 33 % de las personas hospitalizadas por la COVID-19, pese a representar solamente el 13 % de la población, de acuerdo a datos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, en inglés).
En contraste, los blancos son el 45 % de los hospitalizados y representan el 76 % de los estadounidenses.