Esa normativa debe tramitarse todavía en la Cámara de Representantes, pero su aprobación no parece estar en entredicho porque los demócratas gozan allí de la mayoría. (Foto: Nicolás Kamm | AFP)
Esa normativa debe tramitarse todavía en la Cámara de Representantes, pero su aprobación no parece estar en entredicho porque los demócratas gozan allí de la mayoría. (Foto: Nicolás Kamm | AFP)

La aprobación en el Senado de del ambicioso plan fiscal, climático y sanitario de los demócratas facilita el camino esta semana al visto bueno definitivo en el Congreso y otorga al presidente del país, , un impulso a su agenda a tres meses de las elecciones legislativas.

La satisfacción del mandatario era palpable este lunes: “Hay toda una gama de cosas que realmente supondrán un cambio para la gente corriente”, dijo antes de embarcar con destino a Kentucky, a donde viajó para dar apoyo a la población afectada por las inundaciones en este estado.

El visto bueno de los senadores llegó tras intensas negociaciones y una maratoniana sesión de debates y enmiendas que se prolongó el sábado más de 20 horas y que necesitó el voto de desempate de la vicepresidenta del país, Kamala Harris, que ejerce también de líder de la Cámara Alta.

La llamada Ley de Reducción de la Inflación contempla una inversión total de US$ 669,000 millones para la bajada del déficit, programas de seguridad energética y lucha contra el cambio climático en la próxima década.

Según explicó Ben King, director asociado del grupo de investigación Rhodium Group, “es la acción individual más grande que el Congreso ha tomado para combatir el cambio climático”.

Pero “queda más por hacer” para que las emisiones netas de gases de efecto invernadero por parte de Estados Unidos de aquí al 2030 caigan en torno al 50% respecto al 2005, lo que requiere objetivos más ambiciosos en materia de renovables por parte de los estados.

Su institución calcula que para esa fecha el proyecto de ley puede reducir las emisiones netas cerca de un 40%, frente a la caída de entre un 24% y 35% con la política actual.

De esa normativa sí se espera que reduzca los costes energéticos para el consumidor y que impulse la seguridad energética del país a medio plazo, “tanto por la tendencia actual del mercado” como por su futura puesta en vigor.

Sus efectos en términos generales, no obstante, pueden no ser ni inmediatos ni tan significativos. Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, estima en un informe publicado este mes que solo reducirá la inflación un 0.33% para el 2031, y que las potenciales caídas en los precios de los medicamentos no se percibirán hasta mediados de la década.

Aun así, la Casa Blanca presume de que supondría la mayor inversión pública contra el cambio climático en la historia de Estados Unidos y de que añade un cambio clave al otorgarle a Medicare, el plan de cobertura sanitaria para los mayores de 65 años, el poder de negociar el precio de las medicinas recetadas.

“Cuando te sientes en la mesa de la cocina a final de mes podrás pagar muchas más facturas porque tendrás menos gastos médicos”, recalcó Biden, que siguió a distancia la recta final de ese proyecto de ley ya que hasta este domingo estuvo aislado por el COVID.

Esa normativa debe tramitarse todavía en la Cámara de Representantes, pero su aprobación no parece estar en entredicho porque los demócratas gozan allí de la mayoría. Los congresistas interrumpirán momentáneamente sus vacaciones este viernes para someterla a voto.

Ambiciones reducidas

El proyecto está lejos de los tres billones de dólares que el ala más izquierdista de los demócratas aspiraba a sacar adelante en un principio, pero refuerza a la Administración en un momento en que los demócratas se juegan en noviembre el control de ambas cámaras y en que la inflación llegó en junio a un pico de 9.1%.

La vicepresidenta no quiere anticipar sus implicaciones en las urnas, pero no esconde su convicción de que su gobierno avanza en la dirección correcta.

“Independientemente de unas elecciones, los estadounidenses están siendo vistos y escuchados. Y una de las cosas que quieren es que sus líderes arreglen problemas y ofrezcan soluciones. Lo que se ha hecho es inmenso en cuanto a las soluciones ofrecidas”, dijo el domingo.

El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, se muestra más categórico, al considerar que el proyecto de ley coloca a Estados Unidos en el buen camino y que la gente lo va a entender. Además, a su juicio, refleja que “incluso en una situación complicada y polarizada como esta los demócratas pueden sacar cosas adelante”.