El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sonríe cuando regresa a la Casa Blanca en Washington, DC, el 9 de marzo de 2023, después de hablar sobre su propuesta de presupuesto federal para el año fiscal 2024 en Filadelfia. (Foto de Mandel NGAN / AFP)
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sonríe cuando regresa a la Casa Blanca en Washington, DC, el 9 de marzo de 2023, después de hablar sobre su propuesta de presupuesto federal para el año fiscal 2024 en Filadelfia. (Foto de Mandel NGAN / AFP)

Con promesas sociales y subidas de impuestos a los ricos, el proyecto presupuestal presentado este jueves por tiene en la mira las elecciones de 2024, pero sus medidas más contundentes tienen pocas posibilidades de obtener luz verde en el Congreso.

“Mi presupuesto refleja lo que podemos hacer para aliviar la carga de los estadounidenses trabajadores”, dijo Biden en un discurso en unos locales sindicales de Filadelfia, en Pensilvania, un estado estratégico para los comicios de 2024. Y eso que oficialmente solo “tiene la intención” de presentarse a la reelección.

El demócrata de 80 años parece querer atraer a los votantes del movimiento “Make America Great Again” (MAGA, Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”) de su predecesor, el republicano . Trata de convencer a la clase media de que las medidas que le benefician vienen del campo demócrata.

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El plan presupuestal de 2024 contempla reducir la previsión de en casi 3 billones de dólares en los próximos 10 años.

Pero sus medidas más llamativas no tienen casi ninguna posibilidad de ser aprobadas dado que el Partido Demócrata solo controla la cámara alta del Congreso, el Senado. La Cámara de Representantes está en poder de los republicanos, opuestos tajantemente a las subidas de impuestos.

“Propuesta imprudente”

El presidente quiere introducir un impuesto mínimo del 25% para los multimillonarios, es decir el 0.01% de los más ricos. Con estos ingresos estima que se podría garantizar 25 años más el financiamiento del Medicare, un seguro médico público que beneficia a los estadounidenses mayores de 65 años.

“Mi presupuesto pedirá que los ricos paguen su parte justa para que los millones de trabajadores que ayudaron a construir esa riqueza puedan jubilarse con el Medicare que pagaron”, tuiteó Biden.

También quiere subir la carga impositiva a las empresas, de 21% al 28% de su renta, aun así muy inferior al 35% en vigor antes de la reforma de Trump en 2017.

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El presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, calificó el plan de “propuesta imprudente” y lo comparó con “las políticas de gasto de extrema izquierda que han llevado a una inflación récord” y “a la actual crisis de la deuda”.

En su opinión hay que “reducir el gasto público innecesario”.

Biden propone reducir algunos, sobre todo en el sector farmacéutico y la industria petrolera. Además para seducir al electorado republicano les dijo que sus presupuestos prevén inversiones cuantiosas en la defensa y el ejército.

Migración

Y por supuesto no ha perdido de vista la crisis migratoria en la frontera con México, un tema recurrente para los republicanos y al que el gobierno busca solución a falta de pocas semanas para que en mayo se levante una norma sanitaria que permite frenar la entrada de casi todos los migrantes interceptados.

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Para “mejorar la seguridad fronteriza y la aplicación de la ley” se destinarían casi 25,000 millones de dólares a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), es decir un aumento de casi 800 millones respecto a 2023.

El monto incluye, entre otros, fondos para contratar a 350 agentes de patrulla fronteriza adicionales, 535 millones para tecnología de seguridad en los puertos de entrada y 40 millones para combatir el tráfico de fentanilo, un opioide producido sobre todo en México por los cárteles de la droga que causa estragos en el país.

Ante la creciente cantidad de migrantes interceptados en la frontera con (más de dos millones en 2022), el presupuesto propone un nuevo fondo de 4,700 millones para ayudar al DHS (Departamento de Seguridad Interior) a “responder a los aumentos repentinos de migración”.

Para abordar las llamadas “causas fundamentales de la migración y mejorar la vida de las personas en Centroamérica”, Biden solicita más de 1,000 millones como parte de su compromiso de proporcionar 4,000 millones durante cuatro años a este fin.

Pide además 430 millones para gestionar la migración, 40 millones para “apoyar programas dirigidos para mejorar la vida de los migrantes y refugiados” en América Latina y el Caribe y 75 millones para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

También prevé 865 millones para procesar los casos de asilo.

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Además invertiría 291 millones en Haití, un país sumido en una profunda crisis humanitaria.

El plan presupuestal no es el único tema financiero que enfrenta a demócratas y republicanos. Hay otro más urgente, el llamado “aumento del techo de la deuda”.

Estados Unidos debe aumentar periódicamente, mediante una votación en el Congreso que otrora era una mera formalidad, la capacidad de endeudamiento del gobierno.

Kevin McCarthy asegura que sus filas no votarán a favor hasta que Joe Biden contenga el gasto público.

Hay mucho en juego: si el enfrentamiento se prolonga demasiado, Estados Unidos estaría bajo la amenaza de default.

Fuente: AFP