Los negociadores del presidente demócrata, Joe Biden, y del principal congresista republicano, Kevin McCarthy, mantuvieron el miércoles lo que ambas partes calificaron de conversaciones productivas para tratar de alcanzar un acuerdo que permita elevar el techo de la deuda de Estados Unidos, de US$ 31.4 billones, y evitar una cesación de pagos catastrófica.
Tras una reunión de cuatro horas en la Casa Blanca, McCarthy dijo que las negociaciones habían mejorado y que continuarían por la tarde. Predijo que las dos partes llegarían a un acuerdo, aunque quedan varias cuestiones por resolver.
“Hemos hecho algunos progresos. Así que eso es muy positivo”, dijo McCarthy a periodistas. “Quiero asegurarme de que conseguimos el acuerdo adecuado. Veo que estamos trabajando para ello”.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que las conversaciones siguen siendo fructíferas. “Si siguen avanzando de buena fe, podemos llegar a un acuerdo”, sostuvo en una sesión informativa mientras tenían lugar las discusiones.
Sin embargo, la Casa Blanca y los demócratas del Congreso también acusaron a los republicanos de tomar la economía como rehén para avanzar en una agenda que, de otro modo, no podrían aprobar. Dijeron que los republicanos tienen que hacer más concesiones, ya que necesitarán los votos demócratas para aprobar cualquier acuerdo.
El tiempo apremia, ya que el Departamento del Tesoro ha advertido que el gobierno federal podría ser incapaz de pagar todas sus facturas tan pronto como el 1 de junio -sólo faltan ocho días- y se necesitarán varios días para aprobar la legislación a través del Congreso estrechamente dividido.
Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes dijeron que levantarían la sesión el jueves para un receso programado de una semana por el Día de los Caídos, pero que volverían a convocar a los legisladores si fuera necesario para alguna votación, informó Punchbowl News.
McCarthy ha insistido en que cualquier acuerdo no debe aumentar los impuestos y debe recortar el gasto discrecional, no mantenerlo estable como ha propuesto Biden.
Cualquier acuerdo al que lleguen Biden y McCarthy tendrá un estrecho camino para ser aprobado en el Congreso, donde los republicanos tienen una mayoría de 222-213 en la Cámara de Representantes y los demócratas controlan el Senado por un margen de 51-49.
La falta de avances ha aumentado la preocupación por la posibilidad de que se produzcan cambios en la legislación. Además, ha aumentado la preocupación de que el Congreso pueda desencadenar una crisis si no actúa a tiempo.
“Sin duda, estamos llegando a un punto demasiado cercano”, dijo Shai Akabas, del Centro de Política Bipartidista.
La agencia de calificación Moody’s podría cambiar su evaluación de la deuda estadounidense si los legisladores indican que se espera una cesación de pagos.
Moody’s tiene actualmente una calificación “Aaa” para la deuda estadounidense, mientras que S&P Global rebajó su calificación tras un enfrentamiento por el techo de la deuda en 2011. Una calificación más baja podría elevar los costos de endeudamiento.
Caída de las acciones
El estancamiento de meses ha asustado a Wall Street, empujando las acciones estadounidenses y elevando el costo del endeudamiento del país. Los índices bursátiles estadounidenses cayeron el miércoles ante la preocupación por el techo de deuda.
“Hasta ayer, los inversores se habían mostrado muy optimistas”, dijo Angelo Kourkafas, estratega de inversiones de Edward Jones. “Pero ahora, a medida que nos acercamos (...) volvemos a ver cierta cautela”.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó el miércoles que Estados Unidos no podrá pagar todas sus facturas a principios de junio, pero dijo que no sabía exactamente qué día el Gobierno se quedará sin recursos.
Eso desencadenaría un colapso de Wall Street y empujaría a la economía estadounidense hacia la recesión, con un impago que también afectaría a los estadounidenses de a pie, según los economistas. Los proveedores de servicios médicos que dependen de los pagos del Gobierno podrían ser los primeros en sufrir las consecuencias.
Los republicanos quieren recortar el gasto discrecional para el año fiscal 2024, que comienza en octubre, en aproximadamente un 8%, mientras que los demócratas han presionado para mantenerlo estable al ritmo de este año.
Fuente: Reuters