La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que el Departamento no da prioridad a unas facturas sobre otras, y que cualquier no pago de las obligaciones constituye un default, en un momento en que el Congreso está inmerso en una lucha política sobre el techo de la deuda estadounidense.
“El incumplimiento por parte de Estados Unidos de cualquier obligación —ya sea con los tenedores de deuda, con los miembros de nuestro ejército o con los beneficiarios de la Seguridad Social— es efectivamente un default”, dijo Yellen el viernes mientras hablaba con los periodistas en Dakar, Senegal. El Congreso “realmente no puede negociar sobre si vamos a cumplir o no nuestras obligaciones. Son simplemente las leyes que tenemos. También diré que todos los sistemas del Tesoro se han construido para pagar todas nuestras facturas a su vencimiento y a tiempo, y no para priorizar una forma de gasto sobre otra”.
Algunos republicanos de la Cámara de Representantes, así como algunos analistas, han planteado la idea de que el Departamento del Tesoro podría, en caso necesario, dar prioridad a algunos pagos, tal vez los intereses de los bonos del Tesoro estadounidense, si está muy cerca de quedarse sin liquidez, reduciendo así el daño infligido a los mercados financieros.
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La jefa del Tesoro informó el jueves en una carta a los líderes del Congreso que se había alcanzado el límite de la deuda federal y que su Departamento había empezado a utilizar medidas especiales para evitar un impago de EE.UU. En una carta anterior, Yellen dijo a los legisladores que las llamadas medidas extraordinarias probablemente permitirían al Tesoro seguir cubriendo sus facturas hasta principios de junio, pero advirtió que esa estimación está “sujeta a una incertidumbre considerable”.
El Tesoro probablemente ahora tiene entre US$350,000 y US$400,000 millones de margen disponible en total, dijo Gennadiy Goldberg, estratega sénior de tasas estadounidenses de TD Securities. Esto, junto con la afluencia de ingresos procedentes de los impuestos sobre la renta de las personas físicas que vencen en abril, debería permitir al Tesoro llegar hasta julio o agosto sin quedarse sin liquidez.
Si no se llega a un acuerdo en el Congreso para elevar el límite, el Gobierno de EE.UU. entraría en default, lo que podría desencadenar una crisis en el mercado de bonos del Tesoro de EE.UU., que sirven de referencia para los títulos de deuda en todo el mundo.
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