El presidente Joe Biden encargó el miércoles una investigación de inteligencia más profunda sobre los orígenes del COVID-19, dando nueva vida a afirmaciones de que el coronavirus escapó de un laboratorio chino.
En un comunicado el miércoles, Biden dijo que la comunidad de inteligencia le entregó este mes un informe que mostraba que estaba dividida sobre los orígenes de la pandemia. Dos “elementos” de la comunidad se inclinan hacia que los animales fueron la fuente, mientras que uno se inclina hacia un origen de laboratorio, “todos con baja o moderada confianza”, dijo Biden.
“La mayoría de los elementos no cree que haya suficiente información para evaluar que una sea más probable que la otra” opción, agregó.
Más de un año después del surgimiento de la peor pandemia en más de un siglo, los científicos aún tienen que determinar el origen del virus. Los primeros casos de COVID-19 se reportaron en Wuhan, China, donde el Gobierno de Pekín opera un laboratorio de bioseguridad que investiga sobre coronavirus.
“Vale la pena investigar esto, pero estamos buscando una explicación a algo que al final puede que nunca se resuelva por completo”, señaló William Schaffner, epidemiólogo de la Universidad de Vanderbilt. “La mayoría de nosotros seguimos creyendo que estamos subestimando a la madre naturaleza en esto”, dijo, agregando que se determinó que dos brotes anteriores de coronavirus de este siglo surgieron de forma natural.
Responsabilidad de China
El informe podría convertirse en un tema complicado antes de la cumbre del Grupo de los 20 en octubre, una oportunidad para la primera reunión de Biden con el presidente chino, Xi Jinping. Biden ha señalado repetidamente a China como el principal rival económico de EE.UU., y su encargada para Asia, Kurt Campbell, declaró el miércoles que el esfuerzo de EE.UU. para priorizar el compromiso con Pekín “ha llegado a su fin”.
Las sospechas sobre el laboratorio de Wuhan se han avivado por la resistencia china a las investigaciones internacionales, así como por las propias explicaciones contradictorias de Pekín sobre el surgimiento del virus.
Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) bajo el mandato del expresidente Donald Trump, dijo a principios de este año que creía que lo más probable era que el virus se hubiese escapado del laboratorio de Wuhan.
La declaración de Biden el miércoles deja en claro que EE.UU. continúa investigando si el Instituto de Virología de Wuhan fue la fuente del brote, una teoría que ha sido, en general, minimizada por los expertos en salud.
Biden había solicitado en marzo a Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, que preparara un informe sobre el origen del virus. El miércoles dijo que ordenó un nuevo informe en 90 días.
“Ahora le he pedido a la Comunidad de Inteligencia que redoble sus esfuerzos para recopilar y analizar información que podría acercarnos más a una conclusión definitiva”, dijo Biden. Eso incluye “preguntas específicas para China”, señaló.
“EE.UU. también seguirá trabajando con socios de ideas afines en todo el mundo para presionar a China para que participe en una investigación internacional completa, transparente y basada en evidencias y proporcione acceso a todos los datos y pruebas pertinentes”, sostuvo Biden.
La portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre declinó decir qué elemento de la comunidad de inteligencia creía que el laboratorio era la fuente más probable. Señaló que el informe no era concluyente, pero declinó decir si Biden tomaría alguna medida contra China como resultado de la investigación.
Cuando se le preguntó si la frase “accidente de laboratorio” que usó Biden descartaba la posibilidad de que hubiera salido del laboratorio a propósito, respondió: “No hemos descartado nada todavía”.
El periódico The Wall Street Journal señaló esta semana que un informe de inteligencia de EE.UU. indica que tres investigadores del laboratorio cayeron enfermos en noviembre del 2019 y buscaron atención médica. El medio también informó que el Gobierno chino está restringiendo el acceso a una mina de cobre abandonada en el suroeste de China, donde investigadores del laboratorio de Wuhan recolectaron muestras de coronavirus después de un incidente de 2012 en el que seis mineros se enfermaron de una “misteriosa” enfermedad respiratoria. Tres murieron.
El lunes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, restó importancia al informe de The Wall Street Journal.
“No tenemos suficiente información para sacar una conclusión sobre los orígenes”, dijo. “Es necesario analizar una serie de opciones. Necesitamos datos, necesitamos una investigación independiente, y eso es exactamente lo que hemos estado pidiendo”.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de principios de este año indicó que el origen más probable era que el virus se haya propagado desde los murciélagos hasta los humanos a través de un animal intermediario no especificado. Pero la Casa Blanca criticó el informe por considerarlo incompleto y sin datos cruciales, mientras que el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo: “No creo que esta evaluación haya sido lo suficientemente amplia”, y que la teoría de la fuga desde el laboratorio necesitaba más investigación.
Redfield, quien dirigió los CDC bajo el mandato de Trump, dijo en marzo que cree que el laboratorio de Wuhan es el origen más probable. Sin embargo, Anthony Fauci, quien dirige el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y se desempeña como asesor de Biden en lo que respecta al coronavirus, dijo que la mayoría de la comunidad de salud pública no está de acuerdo.
“Sigo creyendo que el escenario más probable es que esto haya sido un hecho natural, pero nadie lo sabe con 100% de certeza”, indicó Fauci el miércoles en una declaración en Capitol Hill.