La Administración Biden se está apoyando en los consumidores estadounidenses para ayudar a pagar el precio de su campaña de presión económica contra el presidente ruso, Vladímir Putin.
El anuncio de la Casa Blanca del martes para prohibir las importaciones estadounidenses de los combustibles fósiles rusos marcó la medida más reciente contra Rusia. También revela que la guerra en Ucrania afectará a los estadounidenses en las estaciones de servicio y en las filas de pago en supermercados.
Los precios de la gasolina en Estados Unidos alcanzaron un récord el martes, según AAA. El precio promedio de la gasolina regular sin plomo llegó a US$ 4.17, un aumento de US$ 0.55 en solo una semana e impulsado por los precios mundiales del petróleo que llegaron a máximos desde el 2008.
La campaña de Estados Unidos conlleva cierto peligro político para el presidente Joe Biden mientras los demócratas se dirigen a las elecciones intermedias de noviembre con el control del Congreso en juego y los republicanos ya buscan culparlos de la inflación, especialmente el aumento de los precios de la energía.
Biden reconoció que la prohibición del petróleo ruso es una decisión que “tiene un costo aquí en casa”. Dijo que era la “guerra de Putin” la que estaba afectando a los consumidores estadounidenses y prometió mitigar las consecuencias.
Autoridades estadounidenses están en conversaciones con sus homólogos en Venezuela mientras consideran renunciar a algunas sanciones, lo que permitiría al país sudamericano vender más petróleo en los mercados mundiales. Tal paso marcaría una flexibilización en la postura de Estados Unidos hacia un régimen que anteriormente ha tildado de corrupto y antidemocrático.
En casa, la Administración Biden no llegó a pedir directamente a los productores de energía de Estados Unidos que aumenten la producción para aliviar la presión que enfrentan los estadounidenses en las estaciones de servicio.
“Lleva tiempo satisfacer la demanda”, dijo Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, lo que indica que los consumidores deberían prepararse para precios más altos por ahora. “Estos altos costos no son algo que solo afecte a los estadounidenses”, dijo, y agregó que gran parte de la economía mundial está atrapada en la inflación.
Adeyemo destacó que los consumidores estadounidenses hasta ahora han sido resistentes en medio del alza de la inflación.
Inflación IPC de marzo bajo escenarios petroleros
Pero no es seguro cuánto durará eso.
La invasión de Rusia a Ucrania ha provocado un aumento febril en los precios de casi todas las materias primas, desde petróleo hasta los cereales y los metales, y eso infligirá aún más tensión financiera para los consumidores que ya lidian con una inflación desenfrenada.
Estados Unidos obtiene de Rusia y Ucrania productos energéticos y agrícolas fundamentales. Las exportaciones combinadas de trigo, cebada y maíz de las dos naciones representan el 21% del total mundial, y su suministro de aceites de girasol representa el 60%. Los precios del trigo alcanzaron su máximo el martes. Un incremento sin precedentes en el níquel hizo que la Bolsa de Metales de Londres suspendiera las operaciones.
Los precios del petróleo rondaron los US$ 128 el barril tras valoraciones de los inversionistas sobre los riesgos del aislamiento económico total de Rusia. Bloomberg Economics estima que, a US$ 120 el barril de crudo, la inflación podría acelerarse a un 9% anual para abril y cerrar el año cerca del 7%.
Una encuesta del 7 de marzo de Quinnipiac University reveló que el 71% de los estadounidenses apoyaría una prohibición del petróleo crudo ruso, incluso si eso significa precios más altos de la gasolina en Estados Unidos Pero la encuesta no preguntó a los encuestados sobre precios específicos que estarían dispuestos a tolerar.
Rusia y Ucrania: graneros cruciales para el mundo
El aumento de los precios será un telón de fondo para las elecciones intermedias de noviembre, lo que probablemente perjudicará las posibilidades del Partido Demócrata de mantener el control de Congreso. La inflación ha influenciado la opinión de los estadounidenses sobre el rumbo del país, y la confianza del consumidor alcanzó su nivel más bajo desde el 2011.
Sin embargo, los altos costos han ocultado la fuerte recuperación del mercado laboral. El desempleo ha caído al 3.8%, muy por debajo del promedio de 6.4% de la última expansión económica. Los hogares también se beneficiaron de una expansión histórica en el apoyo federal a las familias, con cheques de estímulo y otras asistencias.
Gran parte de eso proviene del plan de rescate estadounidense que Biden promulgó como ley hace un año.