Los reguladores de la seguridad aérea de Estados Unidos abrirán una evaluación de las operaciones en Boeing después de que los comentarios de los inspectores asignados para supervisar al gobierno mostraran que muchos se sienten incapaces de compartir sus preocupaciones.
Bajo un acuerdo llamado Autorización de Designación de Organización (ODA), los inspectores de seguridad son pagados por Boeing pero se espera que informen a la Administración Federal de Aviación (FAA).
“La cultura empresarial de Boeing parece impedir que los miembros de la unidad ODA se comuniquen abiertamente con la FAA”, según la carta del 19 de agosto que la agencia envió a Boeing, la cual fue obtenida por AFP el miércoles.
Estos hallazgos se hacen eco de los problemas que rodean al modelo 737 MAX del gigante de la aviación, que sufrió dos grandes accidentes en el 2018 y 2019 en los que perdieron la vida 346 personas y que llevaron a una permanencia forzada en tierra de la aeronave durante 20 meses.
A raíz de las tragedias, Boeing y la FAA fueron objeto de un intenso escrutinio por parte del Congreso de Estados Unidos y el público por su estrecha relación durante el proceso de fabricación del avión, que algunos consideraron que socavaba la supervisión de la seguridad.
En una investigación sobre la capacidad de expresar abiertamente preocupaciones sin miedo a las repercusiones, la FAA dijo que encontró que “el 35% de las personas expresan preocupaciones y comparten experiencias que indican que el ambiente no apoya la independencia de la unidad de AOD”.
Algunos citaron la interferencia con su trabajo y señalaron que esa estructura creó un conflicto de intereses, citando incidentes de “presión indebida” y casos de gerentes de Boeing “que compran” un inspector cooperativo, según los documentos de la pesquisa.
Boeing no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios enviada por AFP.