Los estadounidenses están trabajando menos horas que antes de la pandemia. Eso es bueno para muchos de ellos, pero no es necesariamente bueno para la Reserva Federal, que lucha contra la inflación.
La semana laboral promedio en Estados Unidos se ha reducido en más de media hora en los últimos tres años, según un nuevo estudio de Katharine Abraham, antigua Comisaria de la Oficina de Estadísticas Laborales, y Lea Rendell, colega suya en la Universidad de Maryland. Esto ha permitido a algunos estadounidenses emular a sus homólogos europeos y dedicar más tiempo al ocio y otras actividades.
Pero también se ha traducido en una escasez de mano de obra, equivalente a 2,4 millones de empleados, según el estudio. Ese déficit se suma a las presiones en un mercado laboral dinámico que el presidente de la Fed, Jerome Powell, y sus colegas han estado tratando de enfriar, en un esfuerzo por reducir una tasa de inflación que es más del doble de su meta del 2%.
Lo que está pasando con las horas semanales es “una parte muy importante de la razón por la cual la oferta de trabajo es tan baja”, dijo la semana pasada Stephanie Aaronson, directora asociada sénior de la división de investigación y estadísticas de la Fed, en una conferencia donde se discutió el estudio.
En su comentario en la conferencia de la Brookings Institution, el profesor Yongseok Shin, de la Universidad de Washington en San Luis, destacó tres grupos que han disminuido sus horas de trabajo: los hombres jóvenes con estudios, las personas con altos ingresos —que redujeron su semana laboral en 1,5 horas— y los adictos al trabajo —que disminuyeron el tiempo en el trabajo a “solo” 52 horas desde 55 en 2019—.
Las personas que tienen acceso al trabajo remoto o al trabajo híbrido también son más propensas a reducir las horas. “Nadie se dará cuenta si uno termina la jornada un viernes un poco antes”, explicó Shin.
Informe de empleo
Los funcionarios de la Fed obtendrán el viernes una nueva lectura sobre el estado del mercado laboral, con la publicación del informe mensual de empleo. Según la mediana de las previsiones de los economistas encuestados por Bloomberg, el crecimiento de las nóminas habría disminuido a 240,000 el mes pasado, desde los 311,000 de febrero, y la tasa de desempleo se habría mantenido en un 3,6%.
Las empresas estadounidenses crearon menos puestos de trabajo de lo previsto en marzo, según los datos de nómina publicados el miércoles por el Instituto de Investigación ADP. Pero la cifra general enmascaró las diferencias entre sectores: los sectores del ocio, el comercio y la construcción aumentaron las nóminas, mientras que los servicios financieros eliminaron puestos de trabajo.
Cuando la inflación empezó a repuntar en 2021, Powell contaba con que un aumento del número de estadounidenses que volvieran a trabajar ayudara a mantener bajo control las alzas salariales y evitara el sobrecalentamiento del mercado laboral. Cuando eso no ocurrió, se creó una industria artesanal de académicos que trataban de explicar por qué.
Investigaciones recientes, realizadas por Abraham y Rendell y por algunos miembros de la Reserva Federal, sugieren que el déficit no debería haber sido una sorpresa tan grande. Gran parte del descenso en la tasa de participación en la fuerza laboral —del 63,3% justo antes de la recesión pandémica al 62,5% actual— puede explicarse por las tendencias que ya existían antes del covid-19, como el envejecimiento de la población.
Una parte menor del descenso de la participación se debe al propio coronavirus, ya sea el miedo a contraerlo o el covid prolongado, el debilitante efecto a largo plazo en algunas de las personas que han sido infectadas
Pero lo que es más desconcertante y significativo para la oferta laboral es la disminución de las horas trabajadas, según Abraham y Rendell.
Los autores concluyen que no más del 10% del descenso de las horas puede atribuirse al covid prolongado. No está claro qué más está en juego, aunque especulan con que parte de la explicación puede residir en un nuevo examen del equilibrio entre trabajo y vida privada por parte de muchos estadounidenses.
Una salvedad: las conclusiones del estudio se basan en datos de la encuesta mensual de empleo de los hogares, no en el informe de nóminas. Este último muestra que el promedio de horas semanales está actualmente por encima de los niveles prepandémicos. Esto se debe en parte a que el informe de nóminas mide las horas por puesto de trabajo, no por persona, por lo que no refleja los cambios en el número de trabajadores con más de un empleo.
Caroline Hoxby, profesora de la Universidad de Stanford, señala que los estadounidenses han trabajado tradicionalmente más horas que sus homólogos de otros países industrializados y se pregunta si la pandemia ha hecho que los trabajadores estadounidenses adopten un enfoque más europeo del trabajo.
Y puede que sea un cambio que haya llegado para quedarse. “No me sorprendería que fuera relativamente duradero”, afirma Abraham.
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