Unos Estados Unidos profundamente divididos recordarán este jueves el asalto del 6 de enero del 2021 al Capitolio, con los demócratas insistiendo en que las instituciones son sólidas aunque la ira y las teorías de la conspiración que fomentaron el ataque siguen arreciando.
El secretario de Justicia, Merrick Garland, hará un balance el miércoles de la investigación penal sobre los partidarios del expresidente republicano Donald Trump que hace un año intentaron impedir que los congresistas estadounidenses certificaran la elección de Joe Biden.
La policía federal estadounidense estima que al menos 2,000 personas estuvieron involucradas, de las cuales 225 están acusadas de haber cometido actos violentos.
El jefe de la policía del Capitolio, Tom Manger, quien asumió el cargo después del ataque, testificó el miércoles ante un comité del Senado.
“El 6 de enero sacó a la luz fallos operacionales muy importantes”, reconoce en la versión escrita de su testimonio, publicada por el Senado. “Hay que solucionar estos problemas, y es lo que estamos haciendo”.
El objetivo de la policía del Capitolio y del gobierno es tranquilizar, mostrar que las instituciones estadounidenses han aprendido las lecciones de los violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y de la irrupción inaudita de partidarios de Trump que pasearon a sus anchas por los pasillos e incluso se atrevieron a entrar en las oficinas de los parlamentarios.
En ese mismo Capitolio, el jueves el presidente Biden recordará sin embargo que la democracia estadounidense sigue siendo frágil, en un discurso junto a la vicepresidenta Kamala Harris.
“Hablará del trabajo que queda por hacer para asegurar y fortalecer nuestra democracia y nuestras instituciones, para rechazar el odio y las mentiras que vimos el 6 de enero, para unir al país”, dijo el martes su portavoz Jen Psaki.
“El 6 de enero no fue la acción irreflexiva y espontánea de una multitud violenta. Fue un intento de revertir violentamente el resultado de unas elecciones libres y justas. No nos engañemos, las razones que han causado el 6 de enero todavía existen”, afirmó el miércoles el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer.
“Si no abordamos las raíces de esta violencia, esta insurrección no quedará en una aberración, se convertirá en la norma”, advirtió.
Trump cambia de parecer
El expresidente Trump ha decidido finalmente renunciar a dar la rueda de prensa que tenía prevista el jueves en Florida, considerada una provocación por los demócratas y que ponía en apuros a los republicanos.
Pero el irascible millonario no suavizó para nada su discurso. En un comunicado el martes calificó nuevamente los comicios de “fraude” que, según dijo sin aportar prueba alguna, empañó las últimas presidenciales. “El crimen del siglo”, escribió sobre las elecciones.
Aunque Trump renuncie al protagonismo en el día del aniversario, retomará el tema en un mitin programado en Arizona el 15 de enero. Porque pese a haber perdido por más de siete millones de votos ante Biden insiste en que él fue el verdadero ganador en el 2020.
Y esta afirmación no es más que el elemento más incendiario de un discurso de ataque contra Biden en todo, desde su política de inmigración hasta su forma de luchar contra la pandemia de COVID-19, y ese todo parece una apuesta -aún no declarada- por recuperar el poder en el 2024.
Los republicanos, sobre quienes el expresidente sigue influyendo mucho, parecen optar por mantener un perfil bajo.
En un mensaje fechado el 2 de enero, su líder en la Cámara de Representantes, que junto con el Senado forma el Congreso de Estados Unidos, escribió que “las acciones de ese día (el 6 de enero) fueron ilegales”.
Pero Kevin McCarthy también criticó a los demócratas, que dice están utilizando lo ocurrido el 6 de enero “como un arma partidista para dividir el país”.
Mitch McConnell, líder de los republicanos en el Senado, ya adelantó que no estará presente el jueves durante las conmemoraciones en Washington. Asistirá al funeral de un exsenador estadounidense en Atlanta, en el sur de Estados Unidos. Lejos del Capitolio, donde los miembros del Senado y de la Cámara de Representantes están invitados a un momento de recogimiento el jueves, a las 22:30 GMT.