Este miércoles se aprobó en la Cámara de Representantes de Estados Unidos un proyecto de ley que fija la detención de los inmigrantes indocumentados y que hayan sido acusados de robo y delitos violentos. Dicha política se alinea a lo cantado por el presidente Donald Trump.
Esta iniciativa legislativa —denominada Ley Laken Riley, en honor a la estudiante de enfermería de Georgia que fue asesinada por un venezolano— sería la primera medida que pueda promulgar el presidente Trump.
El Congreso, con cierto respaldo bipartidista, agilizó el debate de este dictamen a fin de endurecer las políticas de control migratorio. Fue respaldada por 263 parlamentarios y recibió el rechazo de 156.
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Katie Britt, senadora republicana, señaló que durante décadas ha sido “casi imposible” que el Gobierno se ponga de acuerdo para solucionar los problemas en la frontera y al interior del país. Considera que este es “el proyecto de ley migratorio más significativo” visto en el Congreso en casi tres décadas.
De prosperar, las autoridades federales estarán obligadas a detener a cualquier inmigrante arrestado o acusado de delitos como el robo en tiendas. Se busca también incluir a los acusados de agredir a agentes policiales o de delitos que lesionen o provoquen la muerte a un tercero. Se faculta a los fiscales generales estatales a demandar al gobierno federal por daños causados por decisiones de inmigración: más poder en la política de inmigración en los estados.
También requerirá un incremento masivo en las capacidades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) mas no incluye ningún financiamiento nuevo. Se prevé un costo de US$26,900 millones en su primer año para implementarse y un aumento de 111,000 camas de detención.
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Mientras tanto, Donald Trump emitió una nueva serie de órdenes para sellar la frontera con México y deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Ha cancelado también el reasentamiento de refugiados y si un funcionario del orden público local no cumple con las políticas dictadas, será procesado.
“Aunque el proyecto de ley no es perfecto, envía un mensaje claro de que pensamos que los criminales deberían ser deportados”, indicó el demócrata Tom Suozzi.