El éxito de la ofensiva del presidente Donald Trump contra una conocida banda criminal venezolana depende, al menos en parte, de años de dura experiencia para Chile.
Según el subsecretario del Interior, Luis Cordero, el país sudamericano lleva más de un año proporcionando información sobre el Tren de Aragua a las autoridades estadounidenses en su lucha contra el aumento de los homicidios provocados por la banda.
“Si hoy Estados Unidos tiene mejor visibilidad sobre la forma en que opera el Tren de Aragua es en buena parte por la información policial que le ha compartido Chile”, dijo Cordero en una entrevista en el palacio presidencial en Santiago. “Chile no está persiguiendo ahora al Tren de Aragua, viene desbaratando a esta organización desde el 2022″.
En una de sus primeras medidas en el cargo, Trump designó a las bandas Tren de Aragua y MS-13, así como a los cárteles mexicanos, como organizaciones terroristas extranjeras.
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La banda venezolana ha causado estragos en Chile traficando inmigrantes, organizando redes de protección, gestionando redes de prostitución y traficando drogas. Pero Chile está contraatacando y actualmente tiene a 307 miembros de la banda en prisión, según Cordero.
“La decisión de calificar a esta organización como terrorista o no, tiene una importancia en el derecho doméstico que es relevante, pero para Chile no altera sus estrategias de persecución”, dijo.
Cordero se reunió el mes pasado con personal de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en una visita a Washington. Un funcionario estadounidense con conocimiento del asunto dijo que Chile ha sido muy útil en los últimos meses en la lucha contra el Tren de Aragua.
El FBI declinó hacer comentarios, mientras que la DEA no respondió inmediatamente a una solicitud de información.
Datos de inteligencia
La inteligencia suministrada por Chile incluye algunos de los miembros del grupo, sus rutas y su modus operandi, señaló Cordero.
A diferencia de los cárteles mexicanos, la banda opera más como un holding, proporcionando franquicias a sucursales regionales para operar en diferentes áreas criminales. La dispersión de su jerarquía y estructura puede hacer particularmente difícil rastrearla.
“Estados Unidos miraba a los carteles y pandillas y ahí tiene mucha experiencia, pero este tipo de organizaciones intermedias que operan como franquicia es un tipo que no calza con los perfiles de persecución tradicional que existían en Estados Unidos”, afirma Cordero.
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El Tren de Aragua, cuyo inicio se remonta a una cárcel venezolana hace más de una década, se ha extendido por toda Latinoamérica y también ha entrado en Estados Unidos. Hace unas semanas, dicho país detuvo a uno de los líderes del grupo, conocido como “El Turco”. Chile ha solicitado su extradición.
La mayor operación de la banda fuera de Venezuela está en Chile, según Ronna Risquez, periodista venezolana y autora del libro El Tren de Aragua.
“Estados Unidos tiene que mirar más hacia los países de Latinoamérica que conocen lo que es el Tren de Aragua, como Chile y Colombia, si quiere ser exitoso”, señaló. “Chile tiene un conocimiento que es muy importante para la lucha regional contra el Tren de Aragua”.
Queda por ver si el nivel de cooperación continuará a medida que la administración Trump implemente sus propios planes de liderazgo y aplicación de la ley.
Asesinato de disidente
Las medidas drásticas que ha tomado Chile contra el Tren de Aragua han deteriorado las relaciones con Venezuela.
Las autoridades investigan actualmente el asesinato del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, que buscó refugio en Santiago tras ser acusado de conspirar para asesinar al presidente Nicolás Maduro. Un fiscal chileno dijo la semana pasada que un testigo declaró que Diosdado Cabello, jefe de seguridad de Maduro, dio la orden de asesinar a Ojeda.
Si se comprueba la acusación “sería una situación gravísima”, afirmó Cordero.
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Ante la amenaza que supone el Tren de Aragua, el gobierno ha aumentado desde 2022 en más del triple su presupuesto para hacer frente al crimen organizado, a US$ 89 millones. Recientemente detuvo a varios miembros de “Los Piratas”, una facción de la banda presuntamente implicada en el asesinato de Ojeda.
Los comentarios de Cordero se producen después de que el presidente Trump anunciara el fin de semana amplios aranceles a Colombia antes de retirar abruptamente la amenaza tras alcanzar un acuerdo sobre el retorno de migrantes deportados. El conflicto fue una prueba del estilo vengativo y contundente de Trump, y tiene en alerta a los gobiernos de la región.
Cordero dijo que todos los países tienen la obligación de recibir a sus ciudadanos cuando son deportados de otra nación. También señaló que Chile aún no ha recibido ninguna notificación de Estados Unidos sobre deportaciones de ciudadanos.
Los comentarios representan una extensión del tono conciliador que el gobierno de izquierda de Chile ha adoptado con Trump. También implican que hay ciertos matices cuando Trump dice que Estados Unidos no necesita a América Latina.
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