Las elecciones estadounidenses del próximo mes serán un duelo de visiones que repercutirá en la economía mundial durante los próximos años.
Kamala Harris y Donald Trump han eludido en algunos casos cómo abordarán temas fundamentales para las grandes industrias, como la tecnológica. De manera crucial, eso incluye cómo procedería cada candidato en los esfuerzos antimonopolio dirigidos a las gigantes tecnológicas tras la intensificación de la aplicación de la ley por parte de la administración Biden.
Hay claras consecuencias empresariales en las elecciones presidenciales y legislativas. A continuación, se enumeran cinco de las industrias que tienen más en juego el día de las elecciones:
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Grandes bancos
Los ocho bancos más grandes de Estados Unidos se enfrentan a la inminente exigencia de mantener más capital para proteger mejor su solvencia frente a una crisis financiera. Eso significa menos dinero para pasar a los accionistas a través de recompras de acciones o dividendos. Los bancos también argumentan que la nueva norma restringirá los préstamos a consumidores y empresas.
Las elecciones presidenciales determinarán probablemente cuándo entrarán en vigor los requisitos y cuánto capital adicional necesitarán.
Si Harris se impone, los reguladores estadounidenses probablemente seguirán adelante con una disposición de Basilea III, un acuerdo regulador internacional alcanzado en respuesta a la crisis financiera mundial de 2008.
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Grandes instituciones como Bank of America, Goldman Sachs, Citigroup, Wells Fargo y JPMorgan se enfrentarían a un aumento del 9% en los requisitos de capital según un plan que la Reserva Federal adelantó el mes pasado. En una administración demócrata, Bloomberg Intelligence ve un 60% de probabilidades de que el requisito esté terminado para el tercer trimestre de 2025.
Pero si gana Trump, el esfuerzo normativo se aplazaría y, en última instancia, se suavizaría significativamente, dijo Isaac Boltansky, director gerente de BTIG. Trump también se inclinaría por una menor regulación del sector financiero en una serie de otras áreas, dijo.
Requisitos de capital más elevados suelen reducir las ganancias de los bancos, aunque es difícil estimar el impacto final hasta que se ultimen todos los detalles, añadió Boltansky.
Cuidado de la salud
Aseguradoras como Centene y UnitedHealth se enfrentan a una caída de ingresos prevista de US$ 25,000 millones en 2026 si no se prorrogan los subsidios mejorados del Obamacare cuando expiren a finales del próximo año, según estimaciones de Bloomberg Intelligence.
Harris y los demócratas del Congreso apoyan firmemente la prórroga de los subsidios. No sería una prioridad para Trump ni para los republicanos, que han prometido derogar y sustituir la Ley de Atención Médica Asequible, dijo Larry Levitt, vicepresidente ejecutivo de KFF, un grupo de investigación sobre política de salud sin ánimo de lucro. Perder los subsidios sería “sacar dinero de los bolsillos de las aseguradoras y los hospitales”, dijo.
Los subsidios ayudan a millones de estadounidenses a pagar un seguro médico. La Oficina de Presupuesto del Congreso proyecta que la inscripción al Obamacare podría caer en 3.8 millones de personas en un año si no se prorrogan los subsidios mejorados.
Sin embargo, una mayor influencia republicana probablemente reduciría la presión sobre la industria farmacéutica para negociar a la baja los precios que Medicare paga por los medicamentos recetados, dijo Levitt.
Vehículos eléctricos
Los fabricantes de vehículos eléctricos, como Tesla y Rivian, y los fabricantes tradicionales de automóviles, como General Motors, que han realizado grandes inversiones en esta tecnología, tienen mucho en juego en la contienda presidencial.
Tanto los incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos por parte de los consumidores como las normas sobre emisiones de los automóviles que fomentan la producción de más vehículos poco contaminantes están en peligro.
Una victoria de Harris significa que probablemente se mantengan los créditos fiscales federales de hasta US$ 7,500 para vehículos eléctricos nuevos y de US$ 4,000 para vehículos usados, mientras que bajo un eventual gobierno de Trump podrían eliminarse o reducirse mediante restricciones más exigentes del programa “Buy American”, según Bloomberg Intelligence. Trump ha dejado claro su objetivo: promete acabar con las políticas de Biden que favorecen los vehículos eléctricos “el primer día”.
Trump ha suavizado algo su retórica sobre los vehículos eléctricos desde que obtuvo el respaldo del director ejecutivo de Tesla, Elon Musk. Sin embargo, sigue atacando en la campaña las políticas de Biden, a las que llama engañosamente “mandato de los vehículos eléctricos”.
Haría falta una mayoría republicana en la Cámara de Representantes y en el Senado para eliminar las subvenciones industriales a las energías limpias o los incentivos a los consumidores, dijo Sarah Bianchi, directora ejecutiva de Evercore ISI. El mayor riesgo es que Trump utilice la autoridad del poder ejecutivo para limitarlos mediante cambios regulatorios, señaló.
Comercio minorista
Los minoristas se verían presionados por los fuertes aumentos de los aranceles sobre los productos de consumo si gana Trump. Los aranceles amenazan con golpear el volumen de ventas y el margen de ganancia, y el mayor efecto se sentiría sobre los bienes fabricados en China, dijo Bloomberg Intelligence en una nota.
Trump prometió imponer un arancel del 10% al 20% sobre todos los bienes importados y del 60% sobre los productos chinos, y un ciclo de guerra comercial de represalias y respuestas podría elevar los aranceles aún más. El comercio minorista está especialmente expuesto porque los aranceles afectarían a un amplio segmento de bienes, dijo Henrietta Treyz, socia gerente del asesor de inversiones Veda Partners.
El 97% de la ropa que se vende en Estados Unidos es importada, al igual que el 98% del calzado, según American Apparel & Footwear Association. Más del 90% de los productos electrónicos de consumo vendidos en el país son importados, según la Consumer Technology Association.
China es la fuente dominante y corresponde a más de un tercio de la ropa importada, más de la mitad del calzado importado, el 79% de los computadores portátiles, el 78% de los teléfonos inteligentes y el 87% de las consolas de videojuegos, según los grupos comerciales del sector.
Es improbable que Harris aumente los aranceles en tramos enteros como planea Trump y, en su lugar, se centraría en sectores y líneas de productos específicos y en el control de las exportaciones, dijo Treyz.
Los aranceles los pagan los importadores, pero los mayores costos repercuten sobre todo en los minoristas y los consumidores estadounidenses.
Energía
Los productores de petróleo, gas y carbón se beneficiarían de una victoria de Trump de múltiples maneras y podrían hacerlo aún más si los republicanos también obtienen el control del Congreso. Los productores de energías limpias se beneficiarían con Harris y los demócratas, mientras que la energía eólica marina se vería especialmente amenazada si Trump resulta elegido.
Trump ha prometido revertir una pausa de la administración Biden sobre las nuevas licencias necesarias para exportar ampliamente gas natural licuado. Más de una docena de proyectos que cuestan miles de millones de dólares, incluido el próximo proyecto CP2 de Venture Global LNG Inc. en Luisiana, están a la espera de permisos. Una mayor capacidad de exportación impulsaría los precios y el volumen de ventas de los productores estadounidenses de gas natural, según las previsiones de la Administración de Información Energética.
Asimismo, Trump dice que “terminará” con las normativas de Biden que limitan las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas de carbón y gas, alargando la vida de más centrales que queman combustibles fósiles. Las medidas de Biden para obligar a las empresas petroleras y de gas a gastar más para limitar las emisiones de metano también son vulnerables, y Trump buscaría reducir las cargas regulatorias generales sobre las empresas energéticas, reduciendo sus costos.
Sin embargo, es poco probable que Trump convenza a los productores de petróleo estadounidenses para que aumenten significativamente la perforación y la extracción. La producción de petróleo del país ya está en máximos históricos y los inversionistas se resistirían a las súplicas de gastar dinero para bombear más a costa de los dividendos y las recompras de acciones.
Mientras que el gobierno de Biden se ha apresurado en sacar adelante la financiación para su emblemática ley climática, es probable que Trump intente reducir el alcance de los subsidios y créditos fiscales de la ley reescribiendo las normas regulatorias, dijo Kevin Book, director gerente de la consultora de Washington ClearView Energy Partners LLC.
El expresidente se ha mostrado especialmente hostil a la energía eólica marina. Los proyectos propuestos corren el riesgo de que se les nieguen las aprobaciones necesarias, e incluso los proyectos ya aprobados podrían verse en peligro.
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