El plan de Biden para el año fiscal 2022 pide US$ 6.01 billones en gastos y US$ 4.17 billones en ingresos, un aumento de 36.6% con respecto a los desembolsos del 2019, antes de que la pandemia de coronavirus aumentara el gasto. Además proyecta un déficit de US$ 1.84 billones, una fuerte disminución de los últimos dos años marcados por el COVID-19, pero por sobre los US$ 984,000 millones del 2019. (Foto: AFP / Brendan SMIALOWSKI)
El plan de Biden para el año fiscal 2022 pide US$ 6.01 billones en gastos y US$ 4.17 billones en ingresos, un aumento de 36.6% con respecto a los desembolsos del 2019, antes de que la pandemia de coronavirus aumentara el gasto. Además proyecta un déficit de US$ 1.84 billones, una fuerte disminución de los últimos dos años marcados por el COVID-19, pero por sobre los US$ 984,000 millones del 2019. (Foto: AFP / Brendan SMIALOWSKI)

Lapresentó una propuesta de presupuesto de US$ 6 billones que aumentaría el gasto en infraestructura, educación y lucha contra el cambio climático, argumentando que tiene sentido fiscal invertir ahora cuando el costo del endeudamiento es barato y reducir más adelante los déficits.

El primer presupuesto integral presentado por el presidente demócrata enfrenta una fuerte oposición de los legisladores republicanos, que quieren reducir el gasto público y rechazar sus planes de aumentar los impuestos a los ricos y a las grandes empresas.

El plan de Biden para el año fiscal 2022 pide US$ 6.01 billones en gastos y US$ 4.17 billones en ingresos, un aumento de 36.6% con respecto a los desembolsos del 2019, antes de que la pandemia de coronavirus aumentara el gasto. Además proyecta un déficit de US$ 1.84 billones, una fuerte disminución de los últimos dos años marcados por el COVID-19, pero por sobre los US$ 984,000 millones del 2019.

Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que los planes de US$ 4 billones de Biden para abordar la histórica desigualdad en el país, el cambio climático y proporcionar cuatro años más de educación pública gratuita se pagarían por completo en 15 años, con las alzas de impuestos comenzando a reducir los déficits después del 2030.

Cecilia Rouse, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de Biden, asegura que el plan está concentrado en los primeros años y que la administración estaba dispuesta a vivir con déficits presupuestarios en medio de tasas de interés bajas para realizar inversiones significativas en la economía del país. Ella proyectó una baja en el déficit de más de US$ 2 billones en los años siguientes.

“Ese es un drástico cambio frente a los recortes de impuestos no pagados bajo la administración anterior que empeoraron seriamente nuestro problema fiscal a largo plazo”, dijo. “La prueba más importante de nuestra salud fiscal son los pagos de intereses reales sobre la deuda. Eso es lo que nos dice si la deuda está sobrecargando nuestra economía y desplazando otras inversiones”.

Rouse aseguró que la economía podría experimentar picos de inflación a corto plazo, alimentados por el fuerte crecimiento económico, pero agregó que esperaba que se estabilizara a una tasa anual de alrededor de 2% con el tiempo.

Una mayor inversión impulsaría el crecimiento económico de Estados Unidos, con el pronóstico conservador actual de la Casa Blanca estimando una expansión del Producto Bruto Interno de 2% en el 2031, en comparación con la proyección de 1.8% de la Reserva Federal.

El primer proyecto de gasto completo de Biden desde que asumió el cargo en enero sirve como modelo fiscal para sus prioridades políticas y es probable que inicie meses de difíciles negociaciones con el Congreso, que debe aprobar la mayor parte del gasto.