
El ejército estadounidense ha gastado más de US$ 21 millones en vuelos para deportar migrantes de Estados Unidos desde que comenzó el segundo mandato del presidente Donald Trump el 20 de enero, según cifras publicadas este lunes.
Trump considera que el país sufre una “invasión” y ha prometido expulsar a millones de migrantes en situación irregular, a los que llama “criminales” por haber entrado sin visa ni permiso.
También ha desplegado miles de tropas adicionales en la frontera de Estados Unidos con México, a las que otorgó el poder de detener a migrantes en algunas zonas.
El Comando de Transporte de Estados Unidos (TRANSCOM) dio cuenta de 46 vuelos en aeronaves militares entre el 20 de enero y el 8 de abril.

“Los vuelos totalizaron 802.5 horas a un coste medio de US$ 26,277 por hora de vuelo”, dijo TRANSCOM a la senadora Elizabeth Warren, quien dio a conocer las respuestas a una serie de preguntas que había planteado.
Esto suma más de US$ 21 millones.
Warren, miembro del comité de servicios armados del Senado, estima que “cada estadounidense debería estar indignado” porque Trump “desperdicia recursos militares para pagar sus artimañas políticas”.
En un comunicado la congresista demócrata lo calificó de “abuso de poder”.
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El presidente republicano invocó en marzo la ley de enemigos extranjeros de 1798, usada hasta entonces solo en tiempos de guerra, para enviar a personas a las que acusa de ser pandilleros venezolanos de la banda Tren de Aragua a una megaprisión en El Salvador.
Pero sus medidas migratorias, sobre todo sus expulsiones aceleradas, se han topado con el rechazo de muchos tribunales y de jueces que exigen un debido proceso para los migrantes.
Exasperada, la Casa Blanca sopesa alternativas. El subdirector de gabinete Stephen Miller afirmó que la administración está “considerando activamente” suspender el derecho de una persona a impugnar ante los tribunales su detención, conocido como habeas corpus.