Donald Trump anunció que impondrán aranceles recíprocos a los países que gravan productos de Estados Unidos a fin de igualar las tarifas que aplican a sus exportaciones. Si bien estas medidas no entrarán en vigor de inmediato, en el transcurso de algunas “semanas o meses” los primeros en padecer sus embates serán los mercados con mayor déficit comercial con el gigante norteamericano.
El mandatario republicano utiliza los gravámenes como una herramienta de presión para obtener concesiones en comercio pero también en materia de migración y seguridad. Cabe añadir que se aumentará en 25% a las importaciones de aluminio y acero (entrará en vigor el 12 de marzo), así como al gravamen adicional del 10 % a China. México y Canadá también están en la mira de la Casa Blanca.
Si bien desde que funciona la Organización Mundial del Comercio (OMC) las guerras arancelarias son una excepción, la política agresiva de Trump llama a recordar los últimos conflictos más relevantes.
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Unión Europea - Estados Unidos: la carne hormonada
En enero de 1989, Estados Unidos aplicó aranceles del 100% a varios productos de la Unión Europea, como carnes, tomates enlatados y café instantáneo, por US$100 millones a modo de respuesta por la decisión europea de prohibir el consumo de carne tratada con hormonas. Se estimaba un golpe de US$100 millones para los ganaderos que dejaron de vender carne.
Recién en 2012 se resolvió el litigio. La UE aprobó cambios en la legislación relativa a la importación de carne de vacuno lo que permitió doblar el cupo de importación procedente de Estados Unidos y Canadá, aunque la carne procedente de animales tratados siguió vetada en el viejo continente.
EEUU y su larga batalla por el acero
En diciembre de 1992 se anunciaron aranceles temporales de hasta el 58% al acero importado de una docena de países —Brasil, España, México, Alemania, Corea del Sur, Francia, Gran Bretaña, Suecia, Bélgica, Italia, Austria y Nueva Zelanda— porque los subsidios que estas naciones condecían al producto abarataban su precio en 148% respecto a los producidos por Estados Unidos.
Poco después se amplió la ratio y se impuso otros a más países, aunque en julio de 1993 se los redujo a la mitad en una veintena de países. Aunque, en el año 2000 Estados Unidos volvió a apostar por esta política arancelaria de entre 5% y 19% a Brasil, Japón, Corea del Sur y la Unión Europea. Para 2002 la aplicó a China y Rusia hasta en 30%. Hubo rechazo en bloque de los países afectados, los que acudieron a la OMC que en noviembre de 2003 confirmó la ilegalidad de los aranceles. Un mes después George Bush retiró la mayor parte de las tasas.
La guerra del banano con América Latina
En 2012 la Unión Europea y 11 países latinoamericanos —Perú entre ellos— formalizaron ante la OMC el final de la “guerra del banano” con la firma de un acuerdo que puso fin a veinte años de conflicto comercial.
Dicho proceso contencioso comenzó en 1993 cuando Bruselas fijó un régimen preferencial para los países ACP (África, Caribe y Pacífico) en detrimento de los países de América Latina, a cuyas importaciones de banano gravó con aranceles superiores.
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Estados Unidos vs Unión Europea por Boeing y Airbus
Tensiones comerciales se avivaron por las ayudas públicas a los dos mayores fabricantes aeronáuticos del mundo: Boeing y Airbus. En 2021 se logró una tregua de cinco años tras casi 17 años de imposición recíproca de aranceles a varios productos e incluso en sectores ajenos a dicho conflicto, como la agricultura.
La pugna empezó en 2004 cuando EEUU acusó al grupo europeo de haber recibido subsidios ilegales por valor de US$22,000 millones. La UE alegó que Boeing también las había recibido.
A criterio de la Organización Mundial del Comercio, la UE quebrantó las reglas comerciales con sus subvenciones estatales a Airbus, y autorizó a EEUU a imponer gravámenes. Y, para 2020, consideró que Boeing había sido apoyada ilegalmente por EEUU, lo que permitió la respuesta arancelaria europea.
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Guerra comercial contra China
La primera gestión de Donald Trump estableció en marzo del 2018 un arancel del 25% al acero y del 10% al aluminio (salvo excepciones) que dañaron a China y la Unión Europea.
Asimismo, subió las tasas a productos chinos, incluidos el sector tecnológico e industrial, alcanzando un valor de US$370,000 millones anuales.
China y la UE demandaron a Estados Unidos ante la OMC y contratacaron con gravámenes a las exportaciones estadounidenses.
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Recién en enero del 2020 se logró un acuerdo entre Pekín y Washington que establecía un aumento de las importaciones estadounidenses en US$200,000 millones. Estados Unidos redujo a la mitad algunos de los nuevos aranceles a productos chinos y en mayo de 2021 se dio la tregua arancelaria al acero entre EEUU y la UE.
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