Los demócratas anunciaron un acuerdo para reducir los altísimos precios de medicamentos recetados para millones de estadounidenses, resolviendo así una disputa clave en las negociaciones sobre una expansión masiva de la red de seguridad social, estancada en medio de luchas internas en el Congreso.
El acuerdo faculta al gobierno para negociar el costo de ciertos medicamentos recetados a partir del 2023 y permite un reembolso en medicamentos cuyos precios aumenten más rápido que la inflación.
“Fijar los precios de los medicamentos recetados ha sido un tema importante para los estadounidenses año tras año, incluyendo la gran mayoría de demócratas y republicanos que quieren ver un cambio porque simplemente no pueden pagar sus medicamentos”, expresó el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.
El acuerdo limitaría los gastos de bolsillo de los pacientes a US$ 2,000 anuales, y las negociaciones de precios del gobierno comenzarían con 10 medicamentos.
Schumer anticipó que también acabaría con el aumento excesivo de precios como el de la insulina, que bajaría de US$ 600 a US$ 35 mensuales.
Fundamentalmente, el acuerdo acerca a los demócratas un paso más hacia una votación sobre el plan de gasto de bienestar social de US$ 1.75 billones, un pilar de la agenda legislativa del presidente Joe Biden, junto con un proyecto de ley de infraestructura bipartidista de US$ 1.2 billones.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ha indicado que los demócratas podrían resolver todos los asuntos pendientes en el proyecto de ley Build Back Better (Reconstruir mejor) al final del día, despejando el camino para una votación en la Cámara esta semana.
Sin embargo, varios otros obstáculos políticos permanecen sobre la mesa de negociaciones, desde la inmigración hasta el cuidado infantil y los impuestos.
El senador moderado Joe Manchin aplicó el lunes un freno a los ambiciosos paquetes, señalando que todavía debe evaluar los impactos económicos de Build Back Better.
De manera crucial, Manchin enfatizó que podría enterrar el proyecto, sin importar si es aprobado en la Cámara Baja si el liderazgo en el Congreso y la Casa Blanca no se inclinan aún más al centro.
El paquete de gasto en la salud, educación y las políticas ambientales y fiscales no tiene apoyo republicano, lo que implica que debe ser aprobado mediante un proceso conocido como de “reconciliación” y no puede perder el voto de Manchin o de otro miembro demócrata en un Senado a partes iguales (50-50) entre los dos partidos.