La confianza de los consumidores estadounidenses subió inesperadamente en octubre, ya que la preocupación por la alta inflación se vio compensada por mejores perspectivas para el mercado laboral, lo que sugiere un repunte del crecimiento económico tras un turbulento tercer trimestre.
El sondeo del Conference Board del martes mostró el gran interés por la compra de casas y artículos caros como vehículos motorizados y electrodomésticos en los próximos seis meses. La proporción de estadounidenses que planean irse de vacaciones es la mayor desde febrero del 2020, justo antes de que la nación fuera golpeada por la primera ola del COVID-19.
Las infecciones por coronavirus en el verano boreal, impulsadas por la variante delta, y las limitaciones de la cadena de suministro relacionadas con la pandemia restringieron la actividad económica el pasado trimestre.
“Los consumidores están más optimistas tras un complicado tercer trimestre y eso aboga por un fuerte final de la economía en el 2021″, dijo Christopher Rupkey, economista de FWDBONDS. “Los consumidores saben que el ajustado mercado laboral los apoya. Quienes prevén una recesión por la caída de la confianza a fines del verano (boreal) tendrán que dar marcha atrás”.
El Conference Board sostuvo que su índice de confianza del consumidor aumentó a 113.8 este mes desde 109.8 en setiembre, poniendo fin a tres descensos mensuales consecutivos.
La medida, que pone más énfasis en el mercado laboral, se mantiene por debajo de su máximo de 128.9 en junio. El aumento contrasta con la encuesta a los consumidores de la Universidad de Michigan, que mostró que la confianza decayó a principios de este mes.
Economistas consultados por Reuters habían pronosticado que el índice bajaría a 108.3. El llamado diferencial del mercado laboral del Conference Board, derivado de los datos sobre las opiniones de los encuestados sobre si los trabajos son abundantes o difíciles de conseguir, avanzó a una lectura de 45 este mes, la más alta en 21 años, desde el 43.5 en setiembre.
Las expectativas de inflación de los consumidores para los próximos 12 meses saltaron a 7%, máximo de 13 años, desde 6.5% el mes pasado. Pese a las percepciones de alta inflación, había planes de elevar el gasto, con un repunte en las intenciones de compra de vehículos a motor desde un mínimo de nueve meses.
Además, más personas tenían la intención de comprar electrodomésticos como lavadoras, televisores y refrigeradores durante los próximos seis meses, lo que sugiere que el gasto recuperaría fuerza después de una aparente fuerte desaceleración el último trimestre.
También es probable que el gasto de los consumidores de este trimestre se vea impulsado por una mayor demanda de viajes. El porcentaje de consumidores que dicen que planean tomarse unas vacaciones en los próximos seis meses aumentó a 47.6%. Esa fue la cifra más alta desde que comenzó la pandemia y aumentó desde el 42.3% en setiembre.
“Fatiga del comprador”
También hubo buenas noticias en el mercado de la vivienda. Un informe del Departamento de Comercio mostró el martes que las ventas de casas unifamiliares nuevas aumentaron un 14% a una tasa anual desestacionalizada de 800,000 unidades en setiembre, el nivel más alto en seis meses.
La encuesta del Conference Board mostró que los consumidores están más inclinados a comprar una casa durante los próximos seis meses. El mercado de la vivienda podría verse impulsado por una moderación en la inflación de los precios de la vivienda.
Un tercer informe conocido este martes mostró que el índice nacional de precios de la vivienda S&P CoreLogic Case-Shiller aumentó 19.8% en agosto con respecto al año anterior después de una ganancia similar en julio. Su índice de precios de viviendas de 20 áreas metropolitanas subió 19.7% interanual después de un alza récord de 20% en julio.
Las señales de que el aumento del precio de las casas ha alcanzado su punto máximo fueron evidentes en un cuarto informe de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda que mostró que los precios de la vivienda subieron 18.5% en los 12 meses hasta agosto después de subir un récord de 19.2% en julio.
“La desaceleración de los precios de las viviendas sugiere que la fatiga del comprador se está asentando, particularmente entre las viviendas de mayor precio, donde la aceleración en el crecimiento de los precios desde el mes anterior ha sido mayor en comparación con las viviendas de bajo nivel”, dijo Selma Hepp, economista jefe adjunta de CoreLogic.