The US economic engine has pulled in an increasing share of global capital. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg
The US economic engine has pulled in an increasing share of global capital. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg

A pesar de un aumento en los llamados para diversificarse y salir del dólar en los últimos años, Estados Unidos ha acaparado casi un tercio de toda la inversión transfronteriza global desde la pandemia del covid.

Un análisis del Fondo Monetario Internacional enviado por solicitud a Bloomberg News muestra que la proporción de los flujos mundiales ha aumentado —no disminuido— desde que la escasez de dólares en 2020 asustó a los inversionistas mundiales y la congelación de activos rusos en 2022 avivara dudas sobre el respeto a la libre circulación de capitales. Según el FMI, el promedio antes de la pandemia en Estados Unidos era de sólo el 18%.

A pesar de la angustia por la hegemonía del dólar, la subida de las tasas de interés en Estados Unidos a los niveles más altos en décadas resultó ser demasiado atractiva para los inversionistas extranjeros. El país también ha atraído una nueva oleada de inversión extranjera directa (IED) gracias a los miles de millones de dólares en incentivos del presidente Joe Biden para estimular las energías renovables y la producción de semiconductores.

Es un cambio radical con respecto a antes de la pandemia, cuando el capital se volcaba a los mercados emergentes como China. El gigante asiático ha visto cómo su cuota de entradas brutas mundiales se reducía a menos de la mitad desde que estalló la pandemia.

No obstante, con Donald Trump prometiendo que revertirá elementos clave de los planes económicos de Biden si gana las elecciones de noviembre, y la Reserva Federal señalando que comenzará a bajar las tasas de interés a finales de este año, Estados Unidos puede perder su posición de ventaja.

Perspectivas políticas

Los flujos de IED hacia China y los flujos de cartera hacia Estados Unidos han cambiado radicalmente desde los años antes de la pandemia”, afirmó Stephen Jen, director ejecutivo de Eurizon SLJ Capital. “Es probable que este nuevo patrón de flujos de capital sólo cambie cuando cambien las políticas en Estados Unidos y China”.

La participación de China en los flujos brutos de capital transfronterizo ascendió al 3% en 2021—23, por debajo del 7% en la década hasta 2019, según datos del FMI.

Esas cifras muestran por qué el presidente Xi Jinping y sus lugartenientes están luchando tan duro para reavivar el interés de los inversionistas extranjeros en el país. Xi también se prepara para una conferencia de líderes comunistas chinos en la que se esperan nuevas reformas, lo que podría cambiar el discurso de los inversionistas sobre China.

Aun así, los datos de abril mostraron que la inversión extranjera a China se ralentizó por cuarto mes consecutivo. Y, con las tasas de interés en torno a los niveles más bajos de los tiempos modernos, el capital chino nacional está saliendo a raudales, con las empresas locales comprando en abril la mayor cantidad de divisas desde 2016.

US President Joe Biden speaks during an event in the Indian Treaty Room of the White House in Washington, DC, US, on Monday, Nov. 27, 2023. Cheaper gas prices are welcome news for Biden, whose reelection campaign is touting "Bidenomics" as the answer for inflation-plagued consumers. Photographer: Michael Reynolds/EPA/Bloomberg
US President Joe Biden speaks during an event in the Indian Treaty Room of the White House in Washington, DC, US, on Monday, Nov. 27, 2023. Cheaper gas prices are welcome news for Biden, whose reelection campaign is touting "Bidenomics" as the answer for inflation-plagued consumers. Photographer: Michael Reynolds/EPA/Bloomberg

El gigantón del barrio

La economía estadounidense, por el contrario, ha atraído una parte cada vez mayor del capital mundial. El Banco Mundial elevó el martes su previsión de crecimiento mundial para 2024 gracias a la fuerte expansión en Estados Unidos. Los datos del FMI muestran que, en términos netos, Estados Unidos recibió entradas de capital por valor del 1.5% del PBI durante el periodo 2021—23.

Para los mercados emergentes, que necesitan más capital internacional para alcanzar a las economías avanzadas, la situación no es ideal. El FMI calcula que los países emergentes han registrado una salida neta de capitales en los últimos años, por segunda vez desde 2000. El año pasado, la IED bruta en los mercados emergentes representó sólo el 1.5% del producto bruto interno (PBI), el nivel más bajo desde principios de siglo.

El chico grande del barrio ha acaparado toda la atención”, dijo Jonathan Fortun, economista del Instituto de Finanzas Internacionales, quien realiza un seguimiento del capital mundial, “Eso ha secado parte de los flujos de dinero hacia los mercados emergentes”.

Los flujos hacia el “chico grande” incluyen proyectos apoyados por las iniciativas económicas de la administración Biden. Un ejemplo: La surcoreana Samsung Electronics Co. recibirá US$ 6,400 millones en subvenciones para aumentar la producción de chips en Texas, como parte de una iniciativa más amplia para invertir más de US$ 44,000 millones.

Pero todo puede cambiar.

El miércoles, la Fed dijo que prevé el ciclo de recortes de tasas comenzaría a fin de año. Esto podría reducir el atractivo de la renta fija estadounidenses para los inversionistas de todo el mundo.

¿Importan los déficit?

Y se avecinan una divisivas elecciones presidenciales en noviembre, que aumentarán la incertidumbre política, con los impuestos, los aranceles y el empeoramiento de las tensiones geopolíticas a la cabeza de la lista de preocupaciones.

El aumento de la deuda también eleva la preocupación de que Estados Unidos se dirija hacia un precipicio fiscal. Esto amenaza algunas de las razones clave por las que el país se ha vuelto atractivo para los inversionistas, como la seguridad de invertir en bonos del Tesoro, según Alexis Crow, quien dirige la práctica de inversión geopolítica de PWC.

¿Qué podría socavarla? La rápida expansión del déficit fiscal en Estados Unidos. Estamos atravesando un raro momento de cohesión política entre republicanos y demócratas en el que el déficit no importa”, afirmó.

Por encima de todo está la profunda discordia política en Estados Unidos, que está sembrando preocupaciones más profundas sobre el respeto a los resultados electorales, el Estado de Derecho y el papel de las instituciones gubernamentales, según Grace Fan, de TS Lombard.

Desde el punto de vista institucional, la gran pregunta que se plantea es si el Estado de Derecho, con la ayuda de la claridad normativa, prevalecerá durante el próximo mandato presidencial, tanto para los inversionistas extranjeros como para los estadounidenses”, afirma. “Esto es fundamental para mantener la suficiente confianza de los inversionistas en los activos de Estados Unidos en un momento en que el impulso de la desdolarización está ganando lentamente más tracción”.

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