Alrededor de 100 millones de estadounidenses no trabajaban a principios de octubre, según la Oficina del Censo, y algunas de las razones podrían sorprenderle.
Casi la mitad de los encuestados están jubilados, lo que es de esperar dado el tamaño de la generación de la posguerra y el hecho de que muchos abandonaron el mercado laboral de forma anticipada durante la pandemia. Otro 12% se encontraba enfermo por una enfermedad no relacionada con COVID o discapacitado.
Sin embargo, el coronavirus sigue desempeñando un papel descomunal a la hora de mantener a los trabajadores fuera de la fuerza laboral. La encuesta arroja que 5,6 millones de personas no están trabajando debido al COVID-19, ya sea porque están enfermas, cuidando a alguien enfermo o preocupados por contraer o propagar el virus. Otros también mencionaron haber perdido su empleo debido a la pandemia.
El mercado laboral se ha mantenido ajustado este año incluso al tiempo que la inflación alcanzó un máximo de cuatro décadas y partes de la economía se enfriaron. Las ofertas de trabajo, aunque están fuera de sus picos, siguen siendo históricamente altas. Las empresas grandes y pequeñas se han quejado de la escasez de mano de obra y de las dificultades para retener al personal.
La encuesta del censo, realizada del 5 al 17 de octubre, ofrece una idea de por qué muchos se quedaron al margen.
Más de 6 millones no tenían trabajo porque cuidaban a un niño o a un anciano, y otros 6.8 millones no querían trabajar, muestra la encuesta. La falta de transporte mantenía al margen a alrededor de 1.2 millones de trabajadores.
El equivalente a 32 millones de personas que no están trabajando dependen de sus ahorros para cubrir sus necesidades, incluidos los retiros de cuentas de jubilación o el dinero de la venta de activos. Otros 26 millones están usando tarjetas de crédito o préstamos y 12 millones han pedido prestado a familiares para ayudar a amigos a cubrir sus gastos, muestra la encuesta.
Además, más de 20 millones dependen de ayudas del Gobierno de algún tipo, como pagos del seguro de desempleo, cupones de alimentos o asistencia de alquiler.
El Censo permitió marcar múltiples categorías.
La agencia comenzó la encuesta de pulso de los hogares después de que el COVID-19 azotara Estados Unidos, para proporcionar datos en tiempo real sobre cómo la pandemia afecta a las familias.