El Senado de Estados Unidos aprobó el jueves de manera abrumadora un pacto fiscal que Chile viene buscando hace mucho tiempo, poniendo fin a una odisea de más de una década para lograr sellar el tratado.
Los legisladores votaron 95-2 a favor de ratificar el tratado fiscal, completando un impulso de líderes demócratas que supervisan la implementación de los créditos de energía verde aprobados en el proyecto de ley tributaria y ambiental del año pasado.
Chile es uno de los mayores productores de litio del mundo, un elemento fundamental en las baterías y otras tecnologías cruciales para alejarse de la dependencia del gas y el petróleo.
“Un convenio tributario con Chile elimina la doble tributación, brinda certeza y es una contrapartida natural de nuestro tratado de libre comercio con Chile”, dijo Jim Risch, miembro de rango de Relaciones Exteriores del Senado (R-Idaho).
Estados Unidos tiene tratados fiscales con docenas de países. Esos acuerdos ayudan a las empresas a evitar pagar impuestos dos veces por los mismos ingresos y fomentan la inversión transfronteriza.
Los tratados también contienen marcos que los Gobiernos y las empresas pueden usar para resolver disputas y brindan tasas de retención más bajas.
Grupos empresariales como el Consejo Nacional de Comercio Exterior elogiaron la medida del Senado y dijeron que contribuiría ampliamente a fortalecer la relación económica entre Estados Unidos y Chile.
“Chile es un socio vital de Estados Unidos en América Latina, y este tratado permitirá a las empresas estadounidenses evitar la doble tributación, que actualmente puede llegar a ser del 44%”, dijo Anne Gordon, vicepresidenta de Política Tributaria Internacional del Consejo.
El tratado ahora regresa a Chile para la aprobación de su Congreso. Si llega a entrar en vigencia, sería el segundo país de Sudamérica (el primero siendo Venezuela) con un acuerdo fiscal con Estados Unidos, según el Servicio Interno de Impuestos de Estados Unidos.