Los estadounidenses han cambiado rápidamente la forma en que compran, cocinan y consumen alimentos en solo cuatro meses, dejando a todos, desde agricultores hasta restaurantes, desorientados.
Los consumidores estadounidenses, cuyas preferencias alimentarias anteriores eran lo suficientemente estables como para que los agricultores pudieran tomar decisiones de plantación confiables con años de anticipación, han cambiado sus hábitos a un ritmo torrencial durante la pandemia de coronavirus. Esto incluye cocinar más en casa, comprar más alimentos orgánicos, hacer más compras en grandes cantidades, renunciar a golosinas de marca y consumir más poca comida debido a menos salidas a restaurantes donde las porciones usualmente son demasiado grandes.
Incluso uno solo de esos cambios podría afectar la cadena mundial de suministro de alimentos. Al juntar estos cinco, algunos proveedores se están dando cuenta que no pueden adaptarse lo suficientemente rápido como para mantenerse al día con todos los cambios en la demanda de los consumidores. Agricultores como Jack Vessey, productor de lechuga en California, se han visto obligados a destruir los cultivos después de que la demanda de restaurantes se agotara, mientras que Mondelez International Inc., fabricante de galletas Oreo, está reduciendo la oferta de productos en 25% para simplificar la logística.
“Toda la cadena de suministro de alimentos se ha puesto de cabeza”, dijo Kevin Kenny, director de operaciones de Decernis, experto en seguridad alimentaria global y cadenas de suministro.
Las maneras en que los estadounidenses están cambiando sus hábitos alimenticios no solo son múltiples y significativas, sino que también son potencialmente permanentes.
Casi un tercio de los adultos estadounidenses dice que tiene contemplado cocinar en casa aun más que ahora.
Más de una cuarta parte de ellos compró artículos en grandes cantidades con mayor frecuencia, según una encuesta a 2,200 estadounidenses realizada por Bloomberg News y Morning Consult. Las marcas también han caído en desuso, ya que 23% de los encuestados dijeron que compraron con más frecuencia marcas genéricas o de tiendas. De hecho, 16% de los estadounidenses planean comprar artículos de marca privada o a granel incluso con más frecuencia cuando finalice la pandemia que antes de las cuarentenas.
A medida que los consumidores cocinan más en casa, aumentando las ventas de las tiendas de comestibles, se están alejando de los restaurantes, lo que tiene grandes implicaciones para la forma en que los proveedores empaquetan y venden sus carnes y productos, y para la demanda. Las porciones de los restaurantes son más grandes, y la carne, el queso y la mantequilla en particular se consumen en mayor cantidad en los restaurantes, pero también las verduras.
Antes de la pandemia, los estadounidenses gastaban más de la mitad de su presupuesto de alimentación en restaurantes. En los próximos 12 meses, 70% de los consumidores planean disminuir significativamente el gasto en restaurantes, según una encuesta de Bank of America.
Esto significa malas noticias para los agricultores que ya han sufrido por los bajos precios y una guerra comercial con China en los últimos años.
Vessey, agricultor de cuarta generación en California, es un productor que quedó atrapado en medio de estos cambios. Se vio obligado a destruir cerca de US$ 1.5 millones en lechuga después de que iniciaron las cuarentenas en marzo. Aproximadamente la mitad de su cosecha generalmente termina en el servicio de alimentos, y no pudo redirigir los suministros cuando los restaurantes cerraron.
“No queremos volver a hacer eso”, dijo Vessey.