El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró que disminuir la inflación es una de sus “principales prioridades”, después de conocerse que la tasa de interanual se ha disparado a 6,2% en octubre, la más alta en tres décadas en este país.
En un comunicado publicado por la Casa Blanca, Biden reconoció que la inflación “daña los bolsillos de los estadounidenses” por lo que subrayó que “revertir esta tendencia” es una de “sus principales prioridades”.
A su juicio, “gran parte” del aumento de los precios de consumo se debe “al alza de los costos relacionados con la energía” mientras que otras subidas reflejan la “lucha” por retomar “las operaciones normales” en medio de los problemas en las cadenas de suministro globales.
Por último, remarcó “su compromiso con la independencia de la Reserva Federal (Fed) para vigilar la inflación, y tomar los pasos necesarios para combatirla”.
El dato del mes pasado genera especial inquietud, ya que muestra un alza más generalizada que en meses anteriores, que se había centrado en sectores específicos.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en octubre fue de 0.6%, con una tasa anual de 4.6%.
En este sentido, el indicador añade presión al banco central estadounidense que ya ha anunciado que comenzará a reducir gradualmente a partir de este mes el multimillonario programa de compra de bonos lanzando para apoyar a la economía tras la crisis provocada por la pandemia.
La pasada semana la Fed dejó sin cambios los tipos de interés en el rango de entre 0% y 0.25% y anunció el inicio de la rebaja de las inyecciones de liquidez en US$ 15,000 millones al mes, a la vez que reiteró que la subida de precios es de carácter transitorio y remitirá a mediados del 2022.
El banco central estadounidense tiene previsto celebrar su última reunión del año de política monetaria el 14 y 15 de diciembre.