El condado de Mesa, en Colorado, se encuentra entre los gobiernos locales que han dejado de ofrecer pruebas rápidas como parte de sus programas de pruebas gratuitas para el público en general. (Foto: AFP).
El condado de Mesa, en Colorado, se encuentra entre los gobiernos locales que han dejado de ofrecer pruebas rápidas como parte de sus programas de pruebas gratuitas para el público en general. (Foto: AFP).

El presidente apuesta a que millones de pruebas rápidas caseras ayudarán a frenar la última oleada mortal de la pandemia de , la cual satura los hospitales y amenaza con cerrar aulas en todo el país.

Pero las pruebas ya han desaparecido de las estanterías de las farmacias en muchas partes de, y los fabricantes advierten que tardarán semanas en aumentar la producción, después de haberla reducido en medio de la caída de la demanda durante el verano.

La nueva escasez es otro doloroso recordatorio de que Estados Unidos aún no ha gestionado con éxito su arsenal de pruebas de COVID-19, y mucho menos lo ha desplegado del modo sistemático necesario para aplastar de manera efectiva los brotes en escuelas, lugares de trabajo y comunidades.

Los expertos afirman que los signos alentadores de la primavera pasada llevaron a una falsa confianza sobre el papel cada vez menos importante de las pruebas: el descenso en el número de casos, el aumento de las tasas de vacunación y la orientación de las autoridades de salud de que las personas vacunadas podían prescindir en gran medida de las pruebas.

Hace poco las autoridades revirtieron ese consejo al registrarse un nuevo aumento de casos y muertes provocados por la variante delta.

“Para todos nosotros, hubo una combinación de optimismo y arrogancia en el período de junio que nos llevó a creer que esto había terminado”, dijo Mara Aspinall, una investigadora de la industria de la salud en la Universidad Estatal de Arizona que se ha convertido en una autoridad líder en los suministros de pruebas de COVID-19.

El condado de Mesa, en Colorado, se encuentra entre los gobiernos locales que han dejado de ofrecer pruebas rápidas como parte de sus programas de pruebas gratuitas para el público en general.

“Estábamos viendo escasez de pruebas en todo el condado, por lo que estamos dando prioridad a los suministros para que nuestros distritos escolares tengan una respuesta rápida para las pruebas, para ayudarles en caso de necesidad”, indició Stefany Busch, una portavoz del condado. Señaló que las pruebas que se procesan en los laboratorios —cuyos resultados tardan uno o dos días— siguen siendo abundantes.