El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que el banco central podría empezar a reducir sus compras mensuales de bonos este año, aunque no tendrá prisa por comenzar a subir las tasas de interés a partir de entonces.
La economía ha superado la prueba de un “progreso sustancial adicional” hacia el objetivo de inflación de la Fed que Powell y sus colegas dijeron que sería una condición previa para reducir las compras de bonos, mientras que el mercado laboral también ha hecho un “claro avance”, señaló el viernes el jefe de la Fed en el texto preparado de un discurso virtual para el simposio anual de Jackson Hole de la Fed de Kansas City.
En la última reunión de política monetaria de la Fed a fines de julio, “opiné, al igual que la mayoría de los participantes, que si la economía evolucionaba en general como se preveía, podría ser apropiado comenzar a reducir el ritmo de compras de activos este año”, señaló Powell.
“El mes intermedio ha traído más avances en forma de un sólido informe de empleo para julio, pero también la mayor propagación de la variante delta”, dijo. “Evaluaremos cuidadosamente los datos que lleguen y los riesgos en evolución”.
En la reunión de julio del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), la mayoría de los funcionarios de la Fed coincidieron en que probablemente sería apropiado comenzar a reducir el programa de compra de bonos del banco central, de US$120,000 millones al mes, antes de que finalice el año, según el acta de la reunión. Algunos proponen actuar el próximo mes.
Los responsables de la política monetaria desearían concluir las compras antes de que los funcionarios comiencen a subir las tasas de interés, y varios de ellos vieron en junio la posible necesidad de aumentos de tasas a partir de 2022, en medio de una inflación que se sitúa por encima del objetivo del 2% del banco central. La Fed recortó la tasa de interés de referencia a casi cero y lanzó el programa de compras de la era de la crisis el año pasado al inicio de la pandemia.
Powell advirtió que la decisión de comenzar a reducir el programa de compra de bonos no debe interpretarse como una señal de que pronto comenzarán los aumentos de tasas.
“El momento y el ritmo de la próxima reducción en las compras de activos no pretenden ser una señal directa sobre el momento del aumento de las tasas de interés, para lo cual hemos articulado una prueba diferente y sustancialmente más estricta”, sostuvo Powell.
“Hemos dicho que continuaremos manteniendo el rango objetivo para la tasa de fondos federales en su nivel actual hasta que la economía alcance condiciones consistentes con el máximo empleo, y la inflación haya alcanzado el 2% y esté en camino de superar moderadamente el 2% durante algún tiempo”, señaló. “Tenemos mucho camino por recorrer para alcanzar el máximo empleo, y el tiempo dirá si hemos alcanzado el 2% de inflación de forma sostenible”.
Las proyecciones trimestrales publicadas en junio mostraron que siete de los 18 miembros del FOMC pensaban que sería apropiado comenzar a aumentar las tasas el próximo año, mientras que otros seis consideraban que sería adecuado hacerlo en 2023.
Powell habló mientras los inversionistas esperan la decisión del presidente Joe Biden sobre si lo renueva para un segundo período o elige a otra persona. Bloomberg informó el jueves que los asesores de Biden estaban considerando recomendar a Powell para su reelección.
El empleo total en Estados Unidos sigue estando unos 6 millones de puestos de trabajo por debajo de los niveles previos a la pandemia. Los meses de junio y julio fueron fuertes en cuanto a contratación, ya que se levantaron las restricciones a las industrias de servicios en todo el país, pero la reciente propagación de la variante delta del coronavirus está generando incertidumbre sobre las perspectivas para los próximos meses.
El presidente de la Fed se apegó al mensaje del banco central de que es probable que el actual brote de inflación sea transitorio, y enfatizó que el reciente aumento “hasta ahora es en gran parte producto de un grupo relativamente reducido de bienes y servicios que se han visto directamente afectados por la pandemia y la reapertura de la economía”, y debería esperarse que se disipe.
Apuntó a las medidas de expectativas de inflación como una señal de que los consumidores, empresas e inversionistas también comparten esa evaluación, y destacó el riesgo de que las presiones a la baja sobre la inflación, como las observadas en la última década, se reafirmen una vez que termine la pandemia.
Factores Globales
“Aunque es probable que los factores desinflacionarios globales subyacentes evolucionen con el tiempo, hay pocas razones para pensar que se hayan invertido o disminuido repentinamente”, dijo Powell. “Parece más probable que sigan pesando sobre la inflación a medida que la pandemia pase a la historia”.
El simposio de este año, que suele ser un retiro de alto nivel al que asisten banqueros centrales de todo el mundo, estaba programado originalmente para volver a su formato habitual presencial, pero la Fed de Kansas City desechó ese plan el 20 de agosto debido al aumento de los casos de coronavirus en el condado de Teton, Wyoming.
Durante el evento virtual del año pasado, Powell dio a conocer una nueva estrategia para la formulación de la política monetaria que marcó la conclusión de una revisión interna que duró casi 20 meses.
El nuevo marco dicta que los funcionarios de la Fed permitan que la expansión económica avance más que en el pasado antes de subir las tasas de interés, para hacer que las tasas de desempleo bajen más rápido y permitir que los grupos de bajos ingresos participen de los beneficios de una economía fuerte.
Eso también significa permitir que la inflación sobrepase el objetivo del 2% del banco central por un tiempo, para compensar los períodos de salida de las recesiones cuando no se alcanza el objetivo.