El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobará una serie de decretos este 1 de febrero para elevar los aranceles para las mercancías provenientes de México, Canadá y China.
El republicano no ha escondido su afán por encender la mecha de la guerra comercial con sus países vecinos y el gigante asiático, al punto que cree que “no hay nada” que puedan hacer para evitarlo. “Aranceles” es su cuarta palabra favorita, según el mandatario.
México y Canadá tendrán ahora una tasa del 25% en sus productos, ¿la razón? para Trump no están actuando con firmeza contra la inmigración ilegal ni contra el tráfico de fentanilo —un opioide sintético—.
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En tanto, a China le aplicaría una tasa del 10% al reprocharles que se permita “exportar los principios activos del fentanilo a países como México”. Según Washington, los cárteles del narcotráfico fabrican el opioide que comercializan en Estados Unidos.
Trump estimó que algunos gravámenes entrarían en vigor “alrededor del 18 de febrero”. También se aplicarán aranceles a microchips, al petróleo y al gas, así como “muchos” al acero. Los productos farmacéuticos y el cobre también correrán esa suerte. No obstante, amagó con que los limitaría al 10% sobre el petróleo canadiense que abarca el 60% de las importaciones estadounidenses en ese sector.
Imponer aranceles generalizados trae riesgos para la administración Trump. Según Gregory Daco, economista jefe de EY, una subida de precios de las importaciones probablemente “desalentaría el gasto de los consumidores y la inversión empresarial”.
Prevé que la inflación subirá 0.7 puntos porcentuales en el primer trimestre del año por los aranceles para luego bajar gradualmente.
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“El aumento de la incertidumbre en la política comercial aumentará la volatilidad del mercado financiero y presionará al sector privado, a pesar de la retórica proempresarial de la administración”, refirió.
El secretario de Economía de México, Marcelo Erbrard, considera que los consumidores estadounidenses serán los más perjudicados con la medida de Trump. “Los precios van a ser más altos, es decir, les van a subir el precio 25% de todos esos productos”, precisó.
No obstante, los simpatizantes de Trump no temen a que la inflación repunte: incluso creen que al bajar los impuestos y la desregularización vendrá un impulso al crecimiento del PBI. Trump ganó las elecciones, en gran parte, por el descontento de la ciudadanía a los precios.
México se muestra preparado para la jugada de Estados Unidos. “Tenemos plan A, plan B, plan C”, expresó la presidenta Claudia Sheinbaum.
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