El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, advirtió a los europeos que abandonarían sus valores si abrazan a China, en una mordaz denuncia sólo dos días después de conversar con Pekín sobre las tensiones transpacíficas.
En sus primeras reflexiones en público desde su conversación a puerta cerrada con el alto funcionario chino Yang Jiechi en Hawai, Pompeo mantuvo su posición de denunciar a Pekín como un “actor deshonesto”, empeñado en alcanzar la dominación mundial.
“El partido comunista chino quiere obligarnos a escoger” entre Estados Unidos y China, dijo durante una intervención virtual en la cumbre sobre la democracia en Copenhague.
“No podemos abarcar esas alternativas sin abandonar lo que somos. Las democracias que dependen de autoritarismos no son dignas de su nombre”, dijo Pompeo en Dinamarca por videoconferencia.
En la misma línea, aseguró que le dijo a Yang que Estados Unidos estaba vigilando de cerca las acciones de China, incluyendo su reciente y mortal choque fronterizo con India.
“Estados Unidos se está involucrando en una respuesta a la agresión del Partido Comunista Chino de una manera que no lo ha hecho en los últimos 20 años”, dijo Pompeo en alusión al enfoque tomado por la administración encabezada por el presidente Donald Trump.
Pompeo reiteró los llamamientos a los europeos para que eviten al gigante chino de telecomunicaciones Huawei, al que consideró un brazo del “estado de vigilancia” comunista.
También dijo que Pekín “ataca flagrantemente la soberanía” a través de sus inversiones portuarias en Grecia y España.
“Debemos quitarnos las anteojeras y ver que el desafío de China está en todas las capitales”, dijo. “Cada inversión de una empresa estatal china debe considerarse con recelo”, aseveró.
Diálogo europeo
Pompeo se mostró especialmente duro a la hora de evaluar la respuesta que dio China ante la epidemia de coronavirus.
En su discurso de Copenhague, acusó a Pekín de “mentir sobre el coronavirus y dejar que se extendiera al resto del mundo”.
China, al igual que los críticos de Trump en Estados Unidos, dicen que Washington ha buscado chivos expiatorios para ocultar sus propias falencias en la respuesta ante el COVID-19, que ha matado a más personas en Estados Unidos que en cualquier otra nación del mundo.
Pompeo también renovó críticas a China sobre un proyecto de ley de seguridad en Hong Kong y el encarcelamiento masivo de un millón de uigures y otros musulmanes turcos.
Trayendo al presente recuerdos del genocidio en Europa, Pompeo volvió a llamar a las detenciones una “violación a los derechos humanos en una escala que no hemos visto desde la Segunda Guerra Mundial”.
Los activistas dicen que China lanzó una campaña masiva de lavado de cerebros para homogeneizar a las minorías. Pekín sostiene que está dando capacitación vocacional para desalentar el radicalismo islámico.
Otra preocupación de Pompeo estuvo centrada en la conversación virtual del lunes entre China y los 27 ministros de Asuntos Exteriores de la UE.
El jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que Estados Unidos y los europeos deberían establecer un diálogo especial para discutir sus enfoques hacia China.
Los europeos han tenido una reacción mixta a los llamamientos de Estados Unidos a tomar una postura más dura ante China, rechazando lanzar una prohibición completa de Huawei, que tomó la delantera en la construcción de tecnología de quinta generación.
Sin embargo, Pompeo dijo que vio señales esperanzadoras. Saludó a Suecia por bloquear escuelas respaldadas por el gobierno chino que proliferan en las universidades occidentales, y señaló las críticas abiertas a las políticas de Pekín lanzadas por la República Checa.
Pero pidió más declaraciones europeas: “No dejemos ninguna confusión sobre la elección en la que estamos. Elijamos la libertad”.
A pesar del tono aguerrido de Pompeo, el exasesor de seguridad nacional de Trump John Bolton, en un nuevo y explosivo libro escribió que el presidente pidió a su par chino, Ji Jinping, ayuda para su reelección y expresó su aprobación a los campos de detención uigures. Pompeo calificó de “traidor” a su antiguo colega.