Estados Unidos y China se comprometieron a incrementar la cooperación en la lucha contra la crisis climática y en la reducción de los gases de efecto invernadero, un anuncio que llega solo horas antes de la esperada reunión entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping.
En un comunicado conjunto, las dos potencias reconocen que desempeñan un “papel importante” en la respuesta global a la crisis climática y se comprometen a colaborar para “enfrentar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo para las generaciones presentes y futuras de la humanidad”.
Además, anunciaron la creación de un grupo de trabajo para llegar a compromisos concretos en lo que llaman la “década crítica” de 2020.
Asimismo, reiteraron su compromiso con una declaración del G20, del que China y Estados Unidos son miembros, para triplicar el nivel de producción de energía renovable a nivel mundial para 2030 y acelerar la implementación de ese tipo de tecnologías en sus respectivas economías en la próxima década.
El anuncio de China y Estados Unidos, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero, impregna ya de un tono positivo el cara a cara que protagonizarán Biden y Xi este miércoles, un día antes del inicio en San Francisco de la cumbre de líderes de las 21 economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, en inglés), que concluirá el viernes.
Además, se produce antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP28, y que se celebrará en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre.
La crisis climática ha sido un área en la que China y Estados Unidos han encontrado puntos de colaboración en los últimos años. La colaboración entre Xi y el entonces presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) permitió que se firmara en 2016 el Acuerdo de París.
El sucesor de Obama, Donald Trump (2017-2021), sacó a Estados Unidos de ese acuerdo en 2017, pero Biden, que fue vicepresidente de Obama, volvió a meter a la potencia norteamericana en ese marco de colaboración que busca limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados (marcando el límite en 2 °C) por encima de los niveles preindustriales.