Funcionarios de la Administración Biden están cada vez más preocupados de que el presidente ruso, Vladímir Putin, pueda reaccionar a través de un ataque peligroso ya que las tropas rusas están estancadas en Ucrania y las sanciones de Occidente comienzan a hacer efecto.
El análisis interno de funcionarios sénior, que hablaron bajo condición de anonimato, es que la tendencia de Putin, cuando se le encasilla, es intensificar el conflicto en lugar de retroceder. Opinan que el líder ruso podría optar por un bombardeo general de ciudades ucranianas o por el uso de armas químicas, o incluso armas nucleares tácticas.
Uno de los desafíos más difíciles que enfrentan Estados Unidos y sus aliados europeos es tratar de anticipar el próximo paso de alguien que ven que se comporta de manera cada vez más errática y que temen que podría volverse aún más peligroso en medio de señales de que la campaña militar de Rusia no se ha desarrollado según lo planeado.
La incapacidad de oprimir rápidamente a las fuerzas armadas de Ucrania aumenta el riesgo de una “escalada vertical”, como le llama las agencias de inteligencia de Occidente.
Los líderes de la OTAN prometieron el jueves aumentar sus defensas contra la amenaza de ataques con armas químicas y nucleares.
En conferencia de prensa, preguntaron al líder estadounidense sobre las evidencias que tenía de un posible ataque. “Primero que todo, no voy a dar datos de inteligencia”, dijo Biden. “Y segundo, responderíamos. Pero la naturaleza de la respuesta dependería de la naturaleza del ataque”.
Autoridades de la OTAN están estudiando un rango de escenarios relacionados con el posible uso de agentes químicos por parte de Rusia como armas de destrucción masiva, dijeron funcionarios de la alianza.
Un alto rango de defensa dijo a periodistas esta semana que Estados Unidos no ha visto evidencia de preparativos rusos para un ataque químico o biológico inminente. Las autoridades rusas han negado repetidamente cualquier intención de usar tales armas, y el Kremlin dice que la operación militar va de acuerdo al plan.
Sin embargo, la preocupación es que hasta ahora no hay ninguna señal pública de que Putin esté buscando algún tipo de salida.
Apenas dos días después de que las tropas de Putin invadieran Ucrania, puso a las fuerzas nucleares rusas en un “régimen especial de servicio de combate”, después de advertir que cualquier nación que interfiriera con la invasión sufriría “consecuencias que nunca ha vivido en su historia”.
Cuatro semanas después de la invasión rusa a Ucrania, Putin enfrenta presiones en el campo de batalla y con la economía rusa, que se encuentra bajo el yugo de un sinfín de sanciones impuestas por Occidente. El Ejército de Rusia hasta ahora no ha logrado rodear la capital de Ucrania, Kiev, y cada vez busca más posiciones defensivas, dijo el miércoles a los periodistas un alto funcionario de defensa de Estados Unidos.
Pese a las preocupaciones sobre los próximos pasos que Putin podría dar, Estados Unidos dice que confía en una respuesta aliada fuerte y unida si decide intensificar el conflicto. Por ejemplo, obligaría a países como Alemania a respaldar sanciones sobre las exportaciones de energía de Rusia, una medida a la que Berlín y otros no se han adherido hasta ahora.
A medida que aumenta la preocupación por la posibilidad de que Putin pueda empeorar las cosas, las autoridades también han comenzado a considerar una alternativa: que reevalúe sus objetivos de guerra a la luz de sus reveses inesperados, según dos funcionarios familiarizados con el asunto.
En lugar de lograr un cambio de régimen en Kiev o una ocupación total de Ucrania, Putin puede centrarse en reforzar la presencia rusa en las regiones orientales de Donbas y Lugansk e insistir en su requerimiento inicial de que el país renuncie a su intenciones de unirse a la OTAN.