El jefe de la oficina de antinarcóticos de la Casa Blanca, Rahul Gupta, concluyó una visita de tres días a Ecuador con una agenda eminentemente privada salvo su reunión con el presidente, Daniel Noboa, acontecida este viernes en Guayaquil.
Gupta acudió acompañado por el embajador de Estados Unidos en Ecuador, Michael Fitzpatrick, mientras que Noboa lo recibió en la Gobernación de Guayas con las ministras de Relaciones Exteriores, Gabriela Sommerfeld, y de Interior y Gobierno, Mónica Palencia, así como con el secretario de Comunicación de Presidencia, Roberto Izurieta.
El encuentro se desarrolló con el propósito de fortalecer la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y combatir la violencia, señaló la Cancillería ecuatoriana a través de redes sociales.
La visita de Gupta se dio dentro del “conflicto armado interno” declarado por Noboa a inicios de enero contra el crimen organizado, con lo que pasó a considerar como grupos terroristas a las bandas criminales que operan en el país, principalmente dedicadas al narcotráfico.
Semanas atrás también pasaron por Ecuador otros altos funcionarios y autoridades de Estados Unidos como el asesor presidencial de Joe Biden para las Américas, Christopher Dodd, la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, y el subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley, Todd D. Robinson.
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Gupta explicó que su objetivo era conocer mejor el trabajo del Gobierno ecuatoriano y determinar en qué áreas Estados Unidos puede proporcionar ayuda adicional.
En esa conversación anticipó que buscaría conocer más sobre el innovador proceso de destrucción de droga que se practica en Ecuador bajo la técnica de la ‘encapsulación’, así como visitar el puerto de Guayaquil, utilizado por las mafias para enviar grandes cantidades de droga hacia Norteamérica y Europa y evaluar con Noboa los resultados del estado de excepción.
Desde que Noboa declarase la “guerra” interna a la criminalidad organizada, el Gobierno de Estados Unidos es uno de los países que de manera más decidida ha impulsado la cooperación en materia de seguridad que ya venía trabajando con Ecuador en años pasados.
Fruto de ello son los dos tratados bilaterales que Noboa promulgó el jueves para permitir el ingreso de apoyo estadounidense de diversas formas, entre ellas la llegada de militares para entrenamiento y capacitación de las fuerzas del orden de Ecuador.
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En el ámbito de la seguridad, Estados Unidos ha tomado varias medidas en los últimos meses para ayudar a las autoridades ecuatorianas, como asistencia técnica a la Fiscalía General y el anuncio de un aumento del personal del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Ecuador para apoyar a la Policía.
A principios de este mes, Estados Unidos también sancionó a la banda criminal ecuatoriana Los Choneros y a su líder, José Adolfo Macías Villamar (‘Fito’), cuya fuga de una cárcel de Guayaquil en enero desencadenó una ola de violencia que incluyó la toma en directo de un canal de televisión.
Rodeado por Colombia y Perú, los dos principales productores de cocaína del mundo, Ecuador se ha convertido en una vía de tránsito para la droga que llega a Norteamérica y Europa, al punto de convertirse en el tercer país del que más drogas decomisa solo superado por Colombia y Estados Unidos, con más de 200 toneladas anuales en los últimos tres años.
La violencia derivada del narcotráfico ha convertido a Ecuador en uno de los países más violentos del mundo, con 45 homicidios intencionales por cada 100,000 habitantes en 2023.
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