El FMI distribuirá el lunes alrededor de US$ 650,000 millones en nuevos Derechos Especiales de Giro a sus miembros, lo que proporcionará una “inyección significativa” a los esfuerzos mundiales para combatir la pandemia de COVID-19, dijo la directora gerente Kristalina Georgieva.
La distribución de reservas monetarias más grande jamás realizada por el Fondo Monetario Internacional proporcionará liquidez adicional para la economía global, complementando las reservas de divisas de los países miembros y reduciendo su dependencia de una deuda interna o externa más costosa, señaló en un comunicado.
“La asignación es una gran inyección para el mundo y, si se usa sabiamente, una oportunidad única para combatir esta crisis sin precedentes”, manifestó.
Los países pueden usar la asignación de DEG para respaldar sus economías e intensificar su lucha contra la crisis del coronavirus, pero no deberían usar el espacio de maniobra fiscal para retrasar las reformas económicas necesarias o la reestructuración de la deuda, dijo el FMI en un documento de orientación separado.
Los países miembros del FMI recibirán DEG, la unidad de cambio del fondo respaldada por dólares, euros, yenes, libras esterlinas y yuanes, en proporción a sus cuotas de participación existentes en el fondo.
Georgieva dijo que unos US$ 275,000 millones de la asignación se destinarán a países de mercados emergentes y en desarrollo, y que US$ 21,000 millones irán a países de bajos ingresos.
La directora gerente dijo que el FMI está alentando a los países ricos que reciben DEG a canalizarlos hacia los países más pobres que los necesitan más.
Una opción clave es que los países más ricos contribuyan con DEG al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza del FMI para los países de bajos ingresos, afirmó.
El FMI también seguirá trabajando en un posible Fondo Fiduciario de Resiliencia y Sostenibilidad que podría utilizar DEG canalizados para ayudar a los países más vulnerables con la transformación estructural, incluida la lucha contra el cambio climático, sostuvo.
Otra posibilidad, agregó, podría ser canalizar los DEG para respaldar los préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo.
La última distribución de DEG del FMI se produjo en el 2009, cuando los países miembros recibieron US$ 250,000 millones en reservas de DEG para ayudar a aliviar la crisis financiera mundial.
Para gastar sus DEG, los países primero tendrían que cambiarlos por divisas fuertes subyacentes, lo que les exigirá que encuentren un país socio de intercambio dispuesto.