Este año, la cumbre del Grupo de los Siete (G7) fue el primero de una serie de importantes marcos multilaterales en el calendario diplomático.Este grupo esta conformado por los Jefes de Estado de Estado de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón y la Unión Europea.
Precede y marca en gran medida el tono de la posterior reunión del Grupo de los 20 (G20) y de otros compromisos diplomáticos clave centrados en el clima que tendrán lugar más adelante en el año, como la COP28.
Esta reunión, representa un punto clave en los esfuerzos para abordar la crisis climática, definiendo prioridades y puntos de acción para el año que viene.
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Incluyeron algunos resultados significativos en relación con la crisis climática. Estos tienen implicaciones potencialmente de gran alcance que podrían ayudar a acelerar la acción para descarbonizar las economías mundiales y limitar el calentamiento a 1,5 °C, según el Acuerdo de París.
Los líderes del G7 también acordaron medidas específicas para proteger la naturaleza y la biodiversidad y mejorar la circularidad para minimizar el impacto humano en nuestro planeta.
¿Qué se acordó en el G7?
1. Más certidumbre sobre la eliminación progresiva de los combustibles fósiles:
Los líderes del G7 declararon: “Subrayamos nuestro compromiso, en el contexto de un esfuerzo mundial, de acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles no renovables para lograr la energía neta cero en los sistemas energéticos a más tardar en 2050, en consonancia con las trayectorias necesarias para limitar la temperatura media mundial a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, y pedimos a los demás que se unan a nosotros para adoptar las mismas medidas.”
El comunicado de los Jefes de estado, representa un aumento significativo de la ambición para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles no utilizados. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) lo define como aquellos “producidos y utilizados sin intervenciones que reduzcan sustancialmente la cantidad de GEI emitidos a lo largo de su ciclo de vida; por ejemplo, capturando el 90% o más de las centrales eléctricas, o el 50-80% de las emisiones de escape de metano procedentes del suministro energético”. Así pues, esta última redacción del G7 descarta de hecho cualquier generación de energía que no utilice tecnología de captura de carbono para erradicar la gran mayoría de las emisiones producidas durante el proceso de generación.
Sin embargo, se critica que el G7 no haya ido lo suficientemente lejos en la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. El comunicado hace referencia al impacto mundial de la guerra de Rusia en el suministro energético y al papel que los líderes siguen otorgando al gas natural licuado (GNL), ya que pretenden reducir la dependencia del suministro de gas ruso.
Los líderes tampoco se comprometieron a lograr un sector energético “totalmente” descarbonizado para 2035, en contra de lo esperado, optando por mantener el compromiso articulado en 2022 de lograr un sector energético “total o predominantemente” descarbonizado para 2035.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el G7 representa el 40% de la economía mundial, el 36% de la capacidad mundial de generación de electricidad, el 30% de la demanda mundial de energía y el 25% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía. Estos compromisos, por tanto, aunque no alcanzan algunas expectativas y siguen representando un importante paso adelante en la ambición mundial de eliminar progresivamente estos combustibles.
2. Mayor compromiso con las energías renovables:
Lo que dijeron los líderes del G7: “También necesitamos acelerar significativamente el despliegue de las energías renovables y el desarrollo y despliegue de las tecnologías de próxima generación. El G7 contribuye a la expansión de las energías renovables a nivel mundial y al abaratamiento de los costes mediante el refuerzo de la capacidad, incluso a través de un aumento colectivo de la capacidad eólica marina de 150 GW para 2030, sobre la base de los objetivos existentes de cada país, y un aumento colectivo de la energía solar fotovoltaica a más de 1 TW para 2030.”
Este compromiso representa un gran paso y pondrá al G7 en consonancia con el análisis realizado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), cuya Perspectiva Mundial de la Transición Energética 2023 concluyó que las tasas actuales de despliegue de energías renovables a escala mundial son insuficientes para mantener el objetivo de 1,5 °C.
Los ministros de Clima, Energía y Medio Ambiente del G7, que se reunieron un mes antes y acordaron acelerar el despliegue de “energía hidroeléctrica, geotérmica, biomasa sostenible, biometano y mareomotriz utilizando tecnologías modernas.”
Asimismo, se comprometieron a acelerar el desarrollo y despliegue de otras tecnologías innovadoras para la producción de energía, como la de las olas, eólica y marina flotante, así como la flexibilidad y fiabilidad generales de la red, mediante técnicas de almacenamiento de energía para la producción renovable dependiente de las condiciones meteorológicas.
Junto a estos compromisos con la producción de energías renovables, los líderes del G7 también dejaron claro su acuerdo con la mejora de las cadenas de suministro de minerales y materiales críticos.
Se espera que la demanda de elementos de tierras raras crezca entre un 400% y un 600% en las próximas décadas para suministrar tecnologías que serán fundamentales para una economía neta cero, como las baterías para vehículos eléctricos y el almacenamiento de energía.
3. Acabar con la contaminación por plásticos:
Más allá de los peligros potenciales que suponen para el medio marino y terrestre, así como para los seres humanos, los plásticos también contribuyen sustancialmente a las emisiones mundiales de GEI.
En 2019, los plásticos generaron 1,800 millones de toneladas de emisiones de GEI -el 3.4% de las emisiones mundiales-, y el 90% de estas emisiones proceden de su producción y conversión a partir de combustibles fósiles. Las estimaciones indican que las emisiones de GEI procedentes de los plásticos podrían alcanzar alrededor del 13% de todo el presupuesto de carbono restante en 2050.
Alemania, Francia, Canadá, Gran Bretaña y la Unión Europea ya forman parte de una coalición multinacional que asumió el mismo compromiso el año pasado, pero esta es la primera vez que los restantes miembros del Grupo de los Siete -Japón, Estados Unidos e Italia- asumen el compromiso de 2040.
Los ministros del G7 destacaron que “se han comprometido a poner fin a la contaminación plástica, con la ambición de reducir a cero la contaminación plástica adicional para 2040″. Esto no dejó de preocupar a algunas organizaciones, que destacaron la referencia específica a sólo “reducir la contaminación plástica adicional.”
La Alianza Mundial para la Acción sobre el Plástico (GPAP) es la plataforma del Foro Económico Mundial para traducir los compromisos sobre la contaminación por plásticos en acciones concretas.
Finalmente, la GPAP aprovecha su poder de convocatoria para reunir a las partes interesadas de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil con el fin de impulsar la transición hacia una economía circular del plástico a escala mundial, regional y nacional.
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