Mientras una de las mayores empresas de obras públicas de Argentina se queda sin liquidez y pide clemencia a los inversores, culpa directamente a Javier Milei.
Milei no lleva mucho tiempo en el cargo —63 días—, pero Compañía Latinoamericana de Infraestructura & Servicios dice que los planes de recortar el gasto público en proyectos de construcción, combinados con la devaluación del peso que implementó al asumir el cargo, ya están afectando a su negocio.
Por eso, el gigante de gestión de residuos, construcción y transporte Clisa dice que solicitó a los inversores que acepten más bonos —en lugar de dólares— como pago de intereses de un bono de US$ 343 millones con vencimiento en 2027. Es una medida que las agencias calificadoras de riesgo ya están advirtiendo que equivaldrá a un default, lo que presagia más problemas en el futuro.
“Para nosotros, el riesgo de una reestructuración es demasiado alto”, afirmó Francisco Schumacher, analista corporativo de BancTrust & Co. “No vemos una recuperación inminente del gasto en construcción pública, y estamos recomendando mantenerse al margen” sobre los bonos de la empresa.
La crisis de Clisa, una filial clave de Grupo Roggio, un conglomerado con 115 años de historia, pone de manifiesto la tensión entre el sector empresarial y los esfuerzos de Milei para acabar con una inflación de tres dígitos y estimular el crecimiento. Esta misma semana, el presidente recibió un duro golpe cuando un proyecto de ley en el que se basaba su reforma económica —”terapia de shock”, como él la denominó— fue enviado de vuelta al punto de partida por los legisladores.
Uno de cada 10 bonos corporativos en dólares en Argentina tiene rendimientos de más de 10 puntos porcentuales por encima de títulos similares del Tesoro de Estados Unidos, según datos recopilados por Bloomberg, una señal de distress.
La prima de riesgo del bono de Clisa con vencimiento en 2027 es una de las más altas del grupo, ya que los inversores exigen 66 puntos porcentuales más de rentabilidad por mantenerlo en lugar de los títulos de referencia estadounidenses. El bono cotiza a 23 centavos de dólar, justo por debajo de su mínimo histórico.
La empresa apunta al caos macroeconómico de Argentina como la razón de sus dificultades. Clisa explica que sus clientes suelen pagar sus facturas con retraso y en pesos locales, lo que significa que el efectivo que transfieren los clientes a la empresa a menudo perdió valor con respecto al momento en que se prestaron los servicios, en medio de una tasa de inflación que alcanzó el mayor nivel en más de tres décadas.
La llegada de Milei al poder ha complicado aún más las cosas, dijo Clisa a los tenedores de bonos en un comunicado sobre los motivos para cambiar las condiciones de los pagos de deuda. La promesa del Gobierno de cancelar proyectos de obras públicas ya ha desacelerado el negocio, explicó, y añadió que el plan de ajuste fiscal sería doloroso. La empresa no proporcionó cifras sobre el impacto de las nuevas políticas en el comunicado, y no respondió a correos electrónicos ni mensajes telefónicos solicitando más explicaciones.
Uno de los efectos del plan de “shock” de Milei que detalló Clisa fue la fuerte devaluación del peso oficial. El nuevo Gobierno devaluó la moneda un 54% en su primera semana en el cargo, y los analistas prevén que pronto será necesario otro movimiento. La depreciación “afecta significativamente la situación financiera de Clisa”, según la empresa, ya que el 82% de su deuda a septiembre estaba denominada en moneda extranjera, mientras que el 87% de los ingresos durante el año anterior fueron en pesos.
Sin embargo, los problemas de Clisa van más allá de la carrera política de Milei. La suspensión de proyectos de construcción durante la pandemia llevó a la empresa en 2021 a pedir a los inversores que canjearan bonos con vencimiento en 2023 por nuevos bonos con vencimiento en 2027. También ejerció una opción de pago en especie para un pago de intereses en julio de 2020 que condujo a una rebaja de la calificación a default.
El destino del plan de austeridad de Milei está ahora en el limbo tras el fracaso de su proyecto de ley ómnibus. Aun así, Paula La Greca, analista de crédito corporativo de TPCG Valores en Buenos Aires, dijo que la decisión de Clisa de pedir clemencia a los tenedores de bonos era lógica después de que aplazó un pago de intereses de US$ 10.7 millones sobre los bonos con vencimiento el 25 de enero.
La compañía solicitó el consentimiento de los tenedores para hacer ese pago del 8.5% en su totalidad en forma de pago en especie, en lugar del 6.25% acordado previamente en efectivo y 2.25% de pago en especie.
LEA TAMBIÉN: Goldman, Barclays y Citi observan de cerca la Argentina de Milei
“Seguramente tendrá una muy alta adhesión, cercana al 100%”, dijo La Greca. “Básicamente, el que no participa se queda sin el pan ni la torta”.
Los tenedores de bonos tienen plazo hasta este viernes a las 5 p.m., hora de Nueva York, para responder, y la empresa necesita la aprobación de los tenedores de al menos el 75% de los bonos en circulación para cambiar los términos.
Riesgos crecientes
Tanto S&P Global Ratings como Fitch Ratings advirtieron el mes pasado que el éxito de la solicitud de consentimiento llevaría a Clisa al default. La empresa tiene una calificación de CC en S&P y de C en Fitch, ambas muy por debajo del nivel “basura”.
Pero una rebaja de la calificación a default, incluso si se remedia rápidamente con el cambio de los términos, podría convertirse en un problema mayor. Clisa debe a los tenedores de su bono 2027 otro pago de intereses de US$ 12 millones de julio, según datos recopilados por Bloomberg.
En septiembre, la empresa contaba con 9,500 millones de pesos argentinos (US$ 11.4 millones al tipo de cambio oficial) de efectivo disponible y una deuda a corto plazo de 34,400 millones de pesos argentinos, según Fitch.
Sin un cambio de rumbo, podría ser necesaria otra negociación con los tenedores de bonos, dijo en una entrevista Andrés Correa, de Fitch. En el pasado, Clisa obtuvo la aprobación de los tenedores de más del 90% de sus bonos para modificar su estructura de deuda.
“El riesgo de otra solicitud de consentimiento y un nuevo proceso de reestructuración es posible”, dijo Correa. “Eso es lo que refleja su calificación”.
LEA TAMBIÉN: YPF planea venta de activos para centrarse en shale argentino
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.