Cuba llegó a un acuerdo con el Club de París de naciones acreedoras para posponer hasta el próximo año el pago anual de la deuda que vence en noviembre, según diplomáticos de cinco de los gobiernos involucrados, en la última señal de que el país comunista está sufriendo una grave crisis cambiaria.
El histórico acuerdo del Club de París del 2015 perdonó US$ 8,500 millones de los US$ 11,100 millones de la deuda soberana que Cuba dejó de pagar en 1986, más los cargos. Cuba acordó reembolsar el resto en cuotas anuales hasta el 2033, pero solo cumplió parcialmente con sus obligaciones en el 2019 e incumplió el año pasado.
Las líneas generales de un acuerdo enmendado, elaborado entre las partes en junio y que no se informó anteriormente, exigen la reanudación de los pagos en el 2022 y el ajuste del cronograma de pagos, dijeron diplomáticos, que solicitaron el anonimato.
El gobierno cubano y el Club de París no hicieron comentarios sobre el tema.
En junio, las partes dijeron en un comunicado que “este acuerdo otorga más tiempo a la República de Cuba para cumplir con varios pagos adeudados en virtud del Acuerdo del 2015, mientras se mantiene el valor actual de estos montos”.
Cuba ahora se ha retrasado en unos US$ 200 millones en pagos, incluido este año, estimaron diplomáticos.
No está claro si se aplicarán sanciones, ya que la crisis de la pandemia de coronavirus ha llevado a los prestamistas a renunciar a las tarifas de otros países deudores.
Cuba dijo esta semana que había vacunado al 99.2% de su población con al menos una de las tres dosis de sus vacunas COVID-19 desarrolladas localmente. Y planea reabrir sus fronteras al turismo internacional a mediados de noviembre tras casi dos años de estancamiento por el coronavirus.
La nación del Caribe depende en gran medida del turismo para inyectar divisas extranjeras que tanto necesita su economía estatal y, además, para obtener el efectivo que necesita para reembolsar a los prestamistas.
“Espero un retorno bastante robusto de turistas que impacte a otras actividades y eso debería mejorar un poco las perspectivas de pago en el 2022″, dijo uno de los diplomáticos.
Durante la última década, Cuba también reestructuró la deuda con los tenedores de deuda comercial de Rusia, China, Alemania, México y Japón.
“Tengo entendido que la mayoría de esos pagos también están en espera”, manifestó otro diplomático, y un colega secundó esa opinión.
Las duras sanciones de Estados Unidos a las fuentes vitales de divisas como el turismo, las remesas y la inversión extranjera, muchas de ellas implementadas bajo el entonces gobierno del expresidente Donald Trump, se han mantenido bajo su sucesor, Joe Biden, algo que también complica los ingresos.
Los ingresos por divisas cayeron en unos US$ 4,000 millones a partir del 2020 y la importación de bienes básicos e insumos para la agricultura y la producción en general se desplomó casi un 40% como resultado, informó el Gobierno.
La economía se contrajo 10.9% el año pasado y otro 2% hasta junio, en comparación con el mismo período en el 2020, lo que resultó en escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.
Según el acuerdo original del Club de París, visto por Reuters, los intereses se perdonaron hasta el 2020, y después solo queda el 1.5% de la deuda total pendiente. Parte de ese dinero adeudado se asignó a fondos para inversiones en Cuba.
Los diplomáticos que hablaron con Reuters dijeron que no esperaban ningún cambio significativo en esa parte del acuerdo.
Cuba informó por última vez una deuda externa de US$ 18,500 millones en el 2018, y expertos sostienen que ha aumentado desde entonces, especialmente para los proveedores y socios de inversión que informaron problemas de pago graves ya en el 2018. El país no es miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI) ni del Banco Mundial.