La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba prevé una afectación en casi el 34% de la isla para este domingo, que cierra una semana con los índices más elevados reportados por desde finales de octubre pasado.
Los cortes en el suministro de energía son habituales en la isla debido a la crisis económica que padece en los últimos años, lo que impacta en el servicio eléctrico, una de los sectores más perjudicados por esa situación.
La UNE calcula para el horario de mayor consumo en la tarde-noche de este día una capacidad de generación eléctrica de 2.100 megavatios (MW) y una demanda máxima de 3.100 MW.
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Eso representa un déficit -la diferencia entre oferta y demanda- de 1.000 MW y una afectación -lo que se desconectará realmente- de 1.070 MW en el denominado “horario pico”.
En esta jornada, la compañía dependiente del Ministerio de Energía y Minas estima que la afectación en el horario de día llegue a un máximo de 600 MW, y ello significa la ocurrencia de apagones en casi el 22% de la isla.
Desde principios de semana comenzaron a aumentar los apagones y la víspera -por segunda jornada consecutiva- se afectó el servicio por déficit de capacidad durante las 24 horas en cerca del 30% del territorio de la isla durante la tarde-noche.
En esta fecha se encuentran fuera de servicio por avería dos unidades generadoras y otras dos están en mantenimiento, según indicó la UNE en su parte diario sobre la situación del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
Los apagones se han convertido en un problema habitual en el país caribeño, donde los cortes en algunas localidades han llegado hasta las diez horas diarias.
La red eléctrica cubana tiene una situación compleja reflejada en los fallos y roturas de sus centrales termoeléctricas terrestres, casi todas obsoletas, la falta de inversiones y mantenimientos, pero también por déficit de combustible.
El Gobierno cubano ha rentado en los últimos cinco años hasta siete centrales eléctricas flotantes a la empresa turca Karpowership para paliar la falta de capacidad de generación, una solución rápida pero temporal, contaminante y costosa.
Siete de las ocho centrales terrestres tienen más de 40 años, cuando la edad media de estas infraestructuras es de 30.
El mantenimiento de estas infraestructuras ha sido además deficiente, por falta de recursos que el Gobierno cubano achaca a las sanciones económicas estadounidenses.
Los frecuentes cortes en el suministro eléctrico han sido motivo de malestar social en el país y uno de los detonantes de las protestas de los últimos dos años, incluidas las del 11 de julio de 2021, las mayores en décadas.
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