Un rublo en mínimos históricos, el cierre de la bolsa de Moscú, una subida drástica de los tipos de interés... Estas son algunas de las consecuencias este lunes de las sanciones impuestas a la economía y las finanzas rusas.
¿Un impacto ya visible en Rusia?
Una de las últimas medidas puestas en marcha fue la congelación de una parte de las reservas de divisas del banco central ruso en el extranjero. Estas reservas suelen ser útiles cuando se pretende apoyar la moneda, lo que será ahora mucho más difícil.
“El tamaño de las reservas determina la credibilidad a la hora de defender el tipo de cambio”, recuerda Niclas Poitiers, investigador del Instituto Bruegel de Bruselas.
“Las personas han perdido confianza en su sistema financiero”, agrega, lo que explica el desplome de la divisa rusa y los importantes retiros de efectivo de la población.
Para apoyar el rublo frente a las sanciones, Moscú prohibió este lunes a sus residentes transferir divisas al extranjero y los exportadores se verán obligados a convertir en rublos el 80% de sus ingresos obtenidos en monedas extranjeras desde el 1 de enero del 2022.
Las sanciones económicas también incluyen la congelación de activos bancarios y personales, la exclusión de determinados bancos de la red de intercambio interbancario Swift y el control de las exportaciones.
Entre estas sanciones, algunas tendrán un efecto a corto plazo, como la congelación de activos de personalidades consideradas cercanas al régimen.
Otras, en cambio, tendrán un efecto a más largo plazo, como las restricciones a la exportación de componentes electrónicos, subraya Olivier Dorgans, abogado especializado en sanciones en el gabinete Ashurst.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que en enero, antes de la invasión de Ucrania, apuntaba a un crecimiento de 2.8% en Rusia este año, advirtió el jueves de un “riesgo económico importante”.
Las sanciones podrían afectar al crecimiento ruso en uno o dos puntos del Producto Bruto Interno (PBI), calculó el viernes la empresa de análisis Capital Economics, incluso antes de la congelación de los activos del banco central o la próxima exclusión de la red Swift.
También podría acelerar la inflación de unos tres puntos, según la consultora.
El banco central ruso duplicó el lunes su tasa de interés de referencia, llevándola a 20%, con el consiguiente riesgo de desaceleración del crecimiento.
¿Pueden endurecerse aún más las sanciones?
Los países occidentales aún tienen margen de maniobra. Después de haber anunciado que una serie de bancos rusos serían excluidas del sistema Swift, podrían optar por una exclusión generalizada.
Sin embargo, esta opción es poco probable. “Si vamos demasiado lejos, es malo para nosotros”, aseguraron altos responsables europeos.
Además, varios bancos podrían escapar a esa exclusión para preservar el suministro de energía a Europa. Pero según el diputado y economista europeo Luis Garicano, “las sanciones no valen nada si no atacamos a la energía”, que representa una gran parte del PBI ruso.
Otra opción, según el economista y profesor de la Universidad de California Gabriel Zucman, sería apuntar las carteras de los magnates congelando más ampliamente sus activos en el extranjero.
¿Riesgos para la economía mundial?
Desde el inicio del conflicto ruso, la estrategia ha sido concentrar al máximo los efectos de las sanciones en la economía rusa y minimizar los efectos en el resto del mundo.
Pero el conflicto provoca una subida de los precios de las materias primas, presionando las cadenas de producción internacionales, ya muy alteradas por la recuperación económica tras la pandemia.
Las empresas industriales están sufriendo por ejemplo la subida de los precios de electricidad, y las compañías aéreas, la del combustible.
A finales de enero, el FMI ya había revisado a la baja sus previsiones de crecimiento mundial para el 2022, situándolas en un 4.4%, sobre todo por una posible aceleración de la inflación de 3.9% en los países desarrollados.
Con este conflicto, “las presiones inflacionistas han aumentado incluso cuando las perspectivas de crecimiento se han debilitado”, dijo Claudio Borio, jefe del departamento de economía del Banco de Pagos Internacionales (BPI).