Europa ha perdido cerca de la mitad de su capacidad de fundición de zinc y aluminio en el último año, mientras que un nuevo aumento en los precios de la energía podría dejar fuera de servicio a más plantas durante el invierno, advirtieron los mayores productores de metales de la región.
Eurometaux, que representa a mineros, fundidores y fabricantes, y que emplea a 500,000 personas en Europa, subrayó los riesgos que acechan a la industria al tiempo que la Unión Europea insta a los Estados miembros a recortar el uso de gas para evitar una escalada drástica de la crisis energética de la región durante los meses de invierno.
El plan de la UE para reducir el uso de gas en un 15% implicará caminar por la cuerda floja entre preservar el suministro de energía para los usuarios residenciales y mitigar el riesgo de daños duraderos a infraestructuras industriales vitales.
Las industrias de aluminio y zinc no son grandes usuarios directos de gas, pero la gran cantidad de energía que consumen las fundiciones las deja en una situación de riesgo ante la crisis europea.
”El plan actual de reducción de la demanda de gas de la UE deja en claro que los políticos deben tomar decisiones casi imposibles para proteger a sus ciudadanos e industrias este invierno”, dijo el director general de Eurometaux, Guy Thiran, en un comunicado enviado por correo electrónico. “Muchas más instalaciones corren el riesgo de cierre permanente si se vuelven reales los temores de la UE sobre la escasez de gas en invierno y los picos en los precios de la energía”.
Las fundiciones de aluminio se han visto particularmente afectadas, ya que es uno de los metales que requiere más energía para su fabricación. Si la industria del aluminio de 65 millones de toneladas al año fuera un país, se ubicaría como el quinto mayor consumidor de energía del mundo, en tanto que más recortes en la producción podrían hacer una mella considerable en el uso general de electricidad en Europa.
Sin embargo, Eurometaux advirtió que las reducciones adicionales tendrán un costo amplio y duradero en los objetivos más amplios de energía verde de la región. El uso de aluminio en vehículos livianos y celdas solares significa que ocupa un espacio clave en la transición energética, pero más recortes en la producción dejarían a Europa más dependiente del suministro de fundiciones en el extranjero con alto contenido de carbono.
Las importaciones aumentaron desde que los productores comenzaron a reducir la producción el año pasado, elevando la huella de carbono de los consumidores europeos hasta en 12 millones de toneladas anuales, según cálculos del grupo con sede en Bruselas.
”Cualquier reducción adicional de la producción europea de metales corre el riesgo de ser permanente, amenazando con pérdida de empleos y con impactos en cadena en una red compleja de cadenas de valor esenciales y estratégicas para la UE”, dijo Thiran.