La Unión Europea (UE) devolvió la pelota a Estados Unidos sobre el tema de la liberación de las patentes de vacunas antiCOVID, al pedir hacer “propuestas concretas” y poner fin a la prohibición de la exportación de vacunas y sus componentes.
El anuncio sorpresivo de apoyo de la administración de Joe Biden a la liberación de patentes para vacunas contra el COVID-19 con el fin de acelerar la producción y la distribución a los países pobres sacudió la agenda de los europeos, reunidos en cumbre de dos días en Oporto.
Los 27 se mostraron mayoritariamente escépticos ante la propuesta, en la que ven una acción mediática de la nueva administración estadounidense. En respuesta reivindicaron ampliamente la política más generosa en materia de exportación de vacunas y pidieron al gobierno estadounidense seguir ese camino.
“Hay que prepararse a debatir sobre ese tema (del levantamiento de las patentes, NDLR) cuando se pongan en la mesa propuestas concretas”, dijo Charles Michel, presidente del Consejo, que representa a los Estados miembros.
“No pensamos que, a corto plazo, esto pueda ser una solución mágica”, advirtió.
“Vacunas ahora”
“No es poca cosa saber quién suministrará las vacunas en los meses que vienen, ni tal vez el año entrante. Lo que se necesita es vacunas ahora”, dijo la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen.
Los europeos consideran que la producción y la exportación de vacunas en las fábricas existentes es el mejor medio para responder rápidamente a la demanda mundial.
Subrayan que la UE es la “única región democrática” que exporta tantas vacunas, mientras que británicos y estadounidenses eligieron reservar su producción a su propia población.
De 400 millones de dosis ya producidas en la Unión Europea, cerca del 50%, o sea 200 millones, partieron a 90 países, subrayó la jefe del ejecutivo europeo, que por otro lado anunció el sábado el logro de un nuevo contrato con Pfizer-BioNTech para garantizar a la UE hasta 1,800 millones de dosis, o sea más que sus propias necesidades.
Von der Leyen explicó que las vacunas sobrantes podrían ser obsequiadas o revendidas a otros países.
El presidente francés Emmanuel Macron pidió “a Estados Unidos poner fin a la prohibición de la exportación no solo de vacunas sino de componentes de esas vacunas, que impiden la producción”.
Estados Unidos promulgó bajo la presidencia de Donald Trump un decreto denominado “Defense Production Act”, que exige que los estadounidenses tengan la prioridad sobre las vacunas fabricadas en su país, limitando de facto las exportaciones de dosis fabricadas en Estados Unidos y también sus componentes.
Diferencias entre europeos
“La clave para producir más rápido vacunas para los países pobres e intermediarios, es producir más: levantar las prohibiciones a la exportación”, insistió Emmanuel Macron en conferencia de prensa en Oporto.
Misma idea de lado alemán, que desde el anuncio estadounidense claramente expresó su hostilidad.
“Deseo ahora que una gran parte de la población estadounidense ya fue vacunada, podamos tener un intercambio libre de componentes y también una apertura del mercado de las vacunas”, dijo la canciller Angela Merkel, quien participó en la cumbre por visioconferencia.
Los europeos están divididos entre quienes, como Alemania, se oponen a la proposición, y los que desean mostrarse más abiertos al asunto, subraya una fuente europea.
España considera por ejemplo que “la propiedad intelectual no puede ser obstáculo para terminar con el COVID-19 y garantizar el acceso equitativo y universal a las vacunas”. Pidió lograr “un consenso de manera urgente” para el levantamiento de las patentes en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El papa apoyó el sábado la idea de una “suspensión temporal” de esos derechos de propiedad intelectual y criticó “el nacionalismo estrecho” que impide el acceso universal a esos productos.
India y Sudáfrica militan también por esta medida ante la OMC, a la que los laboratorios farmacéuticos se oponen fuertemente.